22 de julio de 2012

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Había algo de predestinación en las figuras de Batman y Tim Burton. Quien mejor que el responsable de las futuras “Sleepy Hollow” o “Eduardo Manostijeras” para encargarse de las historias de un superheroe que tiene como centro de operaciones una ciudad de nombre gótico, “Gotham City”. El superheroe de DC Comics pedía a gritos una nueva adaptación a la gran pantalla (en la que había tenido menos trascendencia que su colega de factoría, Superman) y aunque el bueno de Tim, por aquel entonces, sólo había dejado su impronta gótica en un par de títulos, “Bitelchus” y “La gran aventura de Pee-wee”, eran suficientes para postularse como director del salto del enmascarado al cine. Con él, Michael Keaton, protagonista de “Bitelchus” y un Bruce Wayne descafeinado a la postre.

Sólo las letras amarillas sobre fondo negro con las que se abría este “Batman” del año 89 ya denotaban color entre la oscuridad predominante de esta revisitación del personaje que décadas después elevaría a su máxima sombra Christopher Nolan, no sin antes experimentar el festival cromático y desmedido de Joel Schumacher, pero esos son otros Batman y no el que nos ocupa. El “Batman” burtoniano elegía a Joker como villano y le daba galones por encima de la presentación del hombre murcielago. Tantos, que permitian a un Jack Nicholson llevar al paroxismo su histrionismo interpretativo (bailes a ritmo de Prince incluidos) a la hora de dotar de la excentricidad necesaria a un Joker que por obra y gracia de los guionistas Sam Hamm y Warren Skaaren (responsable de “Bitelchus” y fallecido apenas unos meses después del estreno de “Batman”) no solo era el malo de turno sino también el responsable de la muerte de los padres de Bruce Wayne, en unas de las muchas variaciones de la estructura canónica de la historia (el fatal flashback del joven Bruce Wayne, llega casi al final del metraje).

Warner se frotaba las manos con el rápido éxito de este “Batman” barroco y divertido (hay toques de humor que se irian posteriomente perdiendo en la saga) para el que no escatimó en diseño de producción (único Oscar de la película para Anton Furst y Peter Young) canciones originales del, por entonces, estrella del pop, Prince, fanfarrias de Danny Elfmann y la presencia de la chica del momento, una Kim Basinger recien salida de “Mi novia es una extraterrestre” y con todavía viva la repercusión erótica de “9 semanas y media”.


Éste “Batman” supuso un fenómeno cinematográfico a finales de los años 80 y principios de los 90 con su posterior secuela “Batman vuelve” (1992), aunque vista hoy adolece de ciertas carencias en su ritmo narrativo, numerosas reiteraciones en las apariciones del malvado payaso encarnado por Jack Nicholson y escasa relevancia de secundarios tan importantes para la saga como el capitan Gordon que interpretó el mítico Pat Hingle o del fiscal del distrito, Harvey Dent (el popular Lando Calrissian de “Star Wars”, Billy Dee Williams), posteriormente significativo en la trayectoria del personaje al convertirse en “Dos Caras”. Por el contrario, el “Batman” de Burton puede considerarse un excelente ejercicio de estilo y producción en la carrera del cineasta norteamericano y un punto de inflexión muy importante en la relación del superhéroe con el cine, en especial a la hora de recrear, a medio camino entre el film noir y el art decó (vease la influencia de esta en “Rocketeer” del año 1991) la ciudad de Gotham City. Un título que todavía se mantiene vigente y encantador y que resucita en el recuerdo de todos los espectadores cada vez que el hombre murcielago vuelve a visitar la gran pantalla con una nueva entrega.
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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

1 comentarios

  1. Lupita Belmonte says:

    Me gusta mucho la versión de Batman de 1989 de Tim Burton, es increíble la actuación de Michael Keaton ya que le da un toque de personalidad perfecto a este famoso personaje, muy buena la historia y me parece es la mejor película que haya salido de este personaje; totalmente recomendable.