28 de diciembre de 2013

El árbol de navidad:

Hemos visto pinos, abetos de todos los tamaños y colores. Sin ir más lejos el otro día me topé en un centro comercial con un abeto de color lila en lo que supone un atentado al buen gusto en la decoración navideña. Los hay recargados, con espumillones multicolores, con efecto nevado, con y sin estrella en la punta. Pero ninguno como el árbol viviente en que se convertía el pequeño y mudito Calvin en “Los fantasmas atacan al jefe”. Adorable..

El muérdago:

La tradición manda colgar unas ramas de muérdago en la puerta de casa para que todo aquel que se situé debajo de ellas deba besarse. Un cariñoso tópico de las navidades norteamericanas y nórdicas que en España nos pasamos por el forro. Aquí somos más de ponernos ciegos y lanzar besos a diestro y siniestro a partir de las 3 de la mañana tras una cena de empresa o una reunión familiar haya o no muérdago encima de nuestras cabezas, lo que provoca que la Navidad sea también la época del año que más se estila el llamado movimiento de “la cobra”. El beso “under the mistletoe” más recordado del cine, el que se dan Sandra Bullock y Bill Pullman en “Mientras dormías”.

Santa Claus:

En los ochenta éramos única y exclusivamente de los Reyes Magos, esos tres señores multirraciales, con barbas hipsters y que viajaban en camellos que comían mendrugos de pan a la puerta de los hogares. Pero los tiempos cambiaron y Coca-cola, el corte inglés y demás franquicias impusieron una nueva figura la de “Santa Claus” AKA “Papá Noel”. Ahora la cuota de popularidad se reparte entre ambos. Nos vemos obligados a elegir. Son los Messi-Cristiano de la Navidad, los Lennon y McCartney de los regalos.
De entre todos los Papá Noeles que nos ha brindado el cine, nos quedamos con el alcohólico, vicioso y ladronzuelo encarnado por Billie Bob Thorton en “Bad Santa”, una joyita de persona capaz, sin embargo, de ser adorado por el pequeño y desagradable Thurman Merman.

Las fiestas de la oficina

Acabas abrazado a ese jefe que te ha bajado el sueldo para posteriormente decirle lo prepotente que es. Te bebes hasta el agua de los floreros. Le tiras los trastos a la recepcionista a la que saludas todas las mañanas. Te despiertas con la corbata en la frente. Todo un año guardando las formas para perderlas en una sola fiesta navideña de empresa. No dramatices, por muy catastrófica que sea tu celebración de empresa nunca acabará peor que la de “Jungla de Cristal”, con terroristas armados secuestrando las oficinas a golpe de metralleta. Puedes respirar tranquilo.

Ver “Que bello es vivir”

La emocionante película de Frank Capra encontró en un despiste administrativo su gran oportunidad de convertirse en la película navideña por excelencia. En 1974 los derechos de emisión de la película debían ser renovados en una operación que jamás llegó a realizarse por lo que “Que bello es vivir!” se convirtió en una cinta de dominio público que podía ser emitida y/o proyectada sin coste alguno. De este modo todos los canales aprovecharon la coyuntura y han explotado la emisión de la cinta de Capra en cada navidad. Que levante la mano quien haciendo zapping en Diciembre no se haya topado con el bueno de James Stewart agobiado por las deudas. A modo de reconocimiento de su condición de “película de las navidades”, en títulos como “Solo en Casa”, “Gremlins” o “Socorro, ya es navidad”, sus protagonistas ven esta película en la tele.
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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

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