13 de abril de 2015


Apenas un sólo minuto de metraje basta para conocer las intenciones de la nueva película de Adam Wingard (director de esa cinta de terror referencial llamada “You´re next”); un trote militar con el primer plano de unas botas corriendo por un terreno empedrado, un título sobreimpresionado en pantalla con la tipografía del cine de John Carpenter en un potente color neón, una calabaza preparada para Halloween y una madre que mira apenada la foto de su hijo, en cuyo marco de fotos se apuntan las claves de su fallecimiento en combate.
Cuatro esbozos son suficientes para que Adam Wingard informe, ponga en situación e intrigue al espectador. Una posterior llamada al timbre, dará el pistoletazo de salida a este orgiástico y fanfarrón thriller que disfruta y hace disfrutar revisando los códigos del cine ochentero. 

Como si del tio Charlie de “La sombra de una duda” (Alfred Hitchcock, 1943) se tratase, David Collins (genial Dan Stevens en todos los registros), una especie de Ryan Gosling en “Drive” con cara de niño bueno y de sonrisa cautivadora, se introduce en el hogar de una familia todavía afectada por la perdida en Afganistán de su hijo Caleb. Dice ser su compañero y venir para cumplir el último deseo de Caleb, pero sus miradas fijas a la nada ocultan algo más que una simple presencia para dar el sentido pésame. 
Sin embargo, nos dejamos engañar por sus buenas intenciones y por la simpatía embaucadora que desprende el bueno de David, y entendemos que la familia lo acoja con tal grado de hospitalidad. 

En su primer acto, "The Guest" explora con cada relación que entabla el soldado parásito con los miembros de esa pequeña comunidad, diferentes escenarios de actuación, que van desde el cine de instituto con el habitual acoso al estudiante "raro", hasta el drama parental tras la pérdida de un hijo, algún breve e indirecto apunte al síndrome de estrés postraumático derivado de las secuelas de un conflicto bélico, incluso al periodo de rebeldía adolescente que pone en escena la actriz, Maika Monroe, la joven hija de la familia y a la que pudimos ver en otro de los títulos más comentados del pasado festival de Sitges, “It Follows”. 

Situaciones variadas que “The Guest” resolverá posteriormente de una manera imprevista para el que observa. Tirando de acción y humor, mostrándose muy salvaje y nada preocupada por cumplir con la corrección moral que inunda el cine actual (y que no tenía el thriller y/o policiaco de serie B de los 70 y 80 al que referencia). Todo ello lo hace, acompañado por una banda sonora electrónica, especialmente diegética, que enfatiza el tono caricaturesco e insolente de la cinta y aporta un contraste magnético y peculiar a sus imágenes.
En su tramo final, con el público ya metido en el bolsillo, "The Guest" muta hacía "Terminator" y "Halloween", alude a experimentos del ejercito, se marca un guiño a "Fringe" y enmarca su clímax en una fiesta de instituto vestida de gala para la ocasión y propia del mejor slasher. Un final repleto de espejos, no solo los de la fiesta de Halloween que está presente durante toda la cinta, sino la gran multitud de referentes en los que "The Guest" ha sabido mirarse para completar un cóctel explosivo y ,sobre todo, tremendamente gozoso con hechuras de cinta de culto. Tan irresistible como la sonrisa de su seductor protagonista.
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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

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