2 de noviembre de 2012


El logo setentero de la Warner que diseñase Saul Bass es lo primero que luce en “Argo”. Declaración de intenciones. Acto seguido, vemos una bandera americana arder. Tranquilos, Ben Affleck lo arreglará ondeándola como merece en su debido momento. Es “Argo” una oda a la heroicidad americana tan del gusto del espectador yankee, la cual, rizando el rizo, es además un elogio de la industria hollywoodiense, del cine y la ciencia-ficción como salvoconducto.
Aunque lejos de perderse en loas patrióticas, la tercera película de Ben Affleck como director, opta por el thriller vibrante de suspense contenido, por el entretenimiento puro que aparca a un lado su premisa política y sustituye rigor por pasatiempo cinéfilo.

Como “Munich”, “Argo” parte de un hecho real acontecido en los años 70, en concreto, en 1979, cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán fue ocupada por un grupo de iraníes, y 6 diplomáticos quedaron atrapados en mitad del conflicto, teniendo la CIA que intervenir introduciéndose en territorio enemigo con la excusa de la búsqueda de exteriores para una película hollywoodiense de ciencia-ficción titulada “Argo”.


Affleck se mueve sin histrionismos y con pulso firme, tanto detrás como delante de las cámaras. Como demostrase en la estupenda “Adiós, pequeña adiós” y la efectiva “The Town”, el actor/director maneja con soltura los tiempos entre el thriller y el drama y en esta ocasión se permite insertar dosis de comedia con la presencia de un productor (Alan Arkin) y el diseñador de maquillaje (John Chambers, ganador del Oscar por “El Planeta de los simios” e interpretado con socarronería por John Goodman) aliviando así la tensión generada por la parte centrada en el país persa. Es su casting otro de los grandes aciertos de la cinta, con Bryan Cranston, Kyle Chandler o el conjunto de los diplomáticos retenidos aportando oficio al producto.

Como buen ejemplo de película perfectamente diseñada, creciente, intensa, Affleck logra llegar a su clímax final con todas sus cartas por jugar, brindándonos una media hora final cargada de suspense, dotada de una excelente tensión que el otrora actor de “Armaggedon” resuelve con un montaje brioso y una inteligente planificación para completar así un título notable que significa un nuevo paso adelante en la filmografía de un actor por el que pocos hubiesen apostado en su salto a la realización y que se encarga de disipar definitivamente cualquier duda que todavía pudiese existir sobre la capacidad de Affleck para ocupar la silla de director.
Tagged
Different Themes
Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

0 comentarios