Para su primera incursión en la
industria de Hollywood, Pascal Laugier ha preferido suavizar lo extremo de su
anterior título, “Martyrs” para ofrecer una obra, en apariencia más
convencional, pero igualmente provocadora. Perturbador realizador de la
polémica película que dejaba a su protagonista en el umbral físico de la muerte,
revisor del terror gótico en “El Internado”, el director francés ha abordado
desde su género natural una historia que desemboca en un drama social con moralina
partiendo de algunas de sus premisas predilectas como la desaparición infantil
o el sacrificio femenino como eje principal de la trama.
“El hombre de las sombras” (“The
Tall Man”) narra la historia de Cold
Rock, un desolado pueblo norteamericano caído en la miseria en el cual vienen
sucediéndose una serie de desapariciones de niños que han instalado al pueblo
en la tristeza y el desasosiego, siendo el principal señalado de estas perdidas
una extraña figura conocida como “el hombre alto”.
Publicitada como el thriller de
terror que no es, “El hombre de las sombras” juega al despiste con su trama
principal, una suerte de “Intruders” (Juan Carlos Fresnadillo) que lejos de
ofrecer un terrorífico relato sobre el hombre del saco, aborda su narración
desde el punto de vista opuesto a lo sobrenatural, decantándose por el drama moral
y la conducta comunitaria ecuánime. En su primera mitad, de género y embaucadora,
Laugier avanza por delante de los acontecimientos predecibles realizando
numerosas piruetas de guión hasta convertir lo que en apariencia es un un
thriller de suspense al uso en algo totalmente inesperado. En la confusión,
Laugier logra algún momento intenso, como el malsano desconcierto de la
secuencia que tiene lugar en el bar del pueblo o la persecución entre su
protagonista Jessica Biel (también productora de la cinta) y el “hombre alto”
que demuestran el pulso del francés para los ambientes tenebrosos. Sin embargo,
lo más desafortunado no está en el abrupto cambio de género y si en la lectura
de su idea motora, la posibilidad de arrebatar a un niño de los brazos de sus
padres solo por su condición social desfavorable. Ahí, “El hombre de las
sombras” se convierte en una película cuya idea suena más aterradora y escalofriante que lo que
su premisa sobrenatural pudiera augurar.
muy de acuerdo en lo de "publicitada como el thriller de terror que no es", es una peliculica con moraleja y parece que están anunciando la versión japonesa de "the ring"