10 de junio de 2013


Aunque se haya metido en la piel del mismísimo Alejandro Magno, fuese nada más y nada menos que Sonny Crockett o se haya enfrentado a Daredevil encarnando a Bullseye, lo que a Colin Farrell verdaderamente le pone es ser un tipo rudo y angustiado, parco en palabras, ejecutor implacable de sus propias intenciones y envuelto en entramados mafiosos de los que no puede escapar. Siempre solitario y siempre en el punto de mira de la chica guapa de turno. Basta que recordemos esa esforzada reproducción “scorsesiana” como era “London Boulevard” o incluso el último de los Woody Allen londinenses “Cassandra´s dream” para comprender lo a gusto que se encuentra el actor irlandés poniendo cara de duro misterioso pero compasivo. Incluso en el infausto remake de “Desafío Total”, Farrell arqueó sus cejas hasta convertir el desconcierto de su personaje en aflicción y aspereza.

Dead Man Down” es el enésimo ejemplo del arquetípico “matón Farrelliano”. Desde luego no el mejor (dejemos aparte su inexistente acento para ser húngaro), pero si uno más a engrosar a la lista de este prototipo de héroe concebido por el bueno de Collin.
Estamos ante un thriller esforzado. No especialmente bien dirigido ni escrito. Inofensivo. Entretenido a ratos y olvidable. Su director es Niels Arden Oplev, componente de esa nueva generación de directores escandinavos (Morten Tyldum, Daniel Espinosa) que se manejan bien en este género y que andan progresivamente dando el salto a Hollywood. Suya fue la primera versión de “Millenium; los hombres que no amaban a las mujeres” con la que parecía dominar con mucho más que soltura en pantalla el best seller de Stieg Larsson hasta que llegó Fincher y demostró que se podía pulir, embellecer y mejorar la obra original en su salto al celuloide.

De aquella versión, lo mejor era sin duda Noomi Rapace, sueca con carácter que ya sabe como se trabaja en la gran industria (“Sherlock Holmes”, “Prometheus”) y con la que Arden Oplev vuelve a contar para la ocasión. Tristemente su personaje es el peor dibujado de toda la película (su trauma físico jamás logra a ser creíble por mucho que los niños la llamen “monstruo” y le tiren piedras!!) aunque su trabajo es más que digno y su presencia junto con la de Farrell dan empaque a la película.



En su trama romántica, personal, vengativa, la película intenta justificar los actos de su pareja protagonista, aumentar la vileza de los malos de la película e incluso abrir subtramas que se tornarán innecesarias (el sujeto causante del accidente de Rapace) componiendo un thriller afanoso pero inocuo por los lugares comunes que visita, por la escasa originalidad de su propuesta, en donde solo el telón de fondo de una Nueva York menos lujosa de lo habitual logra llamar la atención de un conjunto que ni siquiera es capaz de sacar provecho a una curiosa reunión de secundarios que va de F.Murray Abraham a Armand Assante pasando por Isabelle Hupert. Y eso si que es algo que a un thriller con aspiraciones nunca se le puede escapar.
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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

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