Día 4: Cronenberg atiza a Hollywood
Nuestra cuarta jornada de festival estaría marcada por el estreno en Sitges de “Map to the Stars” de David Cronenberg, la cual venía de lograr en el festival de Cannes el premio a la Mejor Actriz para Julianne Moore. En lugar de madrugar para asistir al pase matinal de la cinta de Cronenberg decidimos dejarla como última película del día y antes que ella vemos “Jamie Marks is dead”, “Goodnight Mommy” y la norteamericana “Oculus”.
“Jamie Marks is dead” (Carter Smith, EEUU) bien podría llamarse “Jamie Potter Marks is dead” por el tremendo parecido de su joven protagonista con el Daniel Radcliffe de Harry Potter. Este adolescente de gafas, retraido y estilizado lo vemos poco como ser humano, ya que en los primeros compases de la película conocemos su muerte y descubrimos a su fantasma. La película apunta hacía el bullying adolescente como tema de fondo, y en la figura de un compañero de clase de Marks imaginamos que puede repetirse la historia de maltrato entre aulas. Pero no, la película no va por ahí. No esperemos ver al fantasma de Jamie volviendo de entre los muertos para prevenir y solucionar otro caso de abusos. No. Lo que Jamie quiere es que su excompañero de clase se enamore de él por lo que más que ante cine social de denucia con toque sobrenatural nos encontramos con una historia de deseo homosexual adolescente que viene a contarnos la desorientación e indecisión en plena pubertad. Aparecen Liv Tyler, ejerciendo de madre y Morgan Saylor (la hija del teniente Brody de “Homeland”), ejerciendo de novia del protagonista, unicamente para aumentar el desconcierto vital en el que se encuentra el joven al que acechan los fantasmas en una cinta demasiado solemne y melancolica que podiamos haber encajado peor de no tratarse de la primera película del día.
A continuación veiamos “Goodnight Mommy” (Veronika Franz, Severin Fiala, Austria), cinta austriaca que se presentaba al Festival como una de las cintas favoritas de la sección oficial y que narra la historia de dos hermanos que sospechan que su madre puede no tratarse, en realidad, de su madre. Estamos ante un Haneke de Hacendado, una copia descarada y pretenciosa de las maneras y virtudes del cineasta oscarizado, especialmente en títulos como “Funny Games”, mezclado con unas dosis de “La piel que habito” y de “El otro” de Robert Mulligan”. Terror psicológico cotidiano pulcro, aseado y pausado que se vale de la localización en una vivienda unifamiliar de diseño y aislada para aumentar las dosis de calma tensa en la narración. Una narración que en su parte final se precipita y deja de ser sugestiva para ser explicita y violenta consiguiendo solo de este modo y no con todo lo contado anteriormente (lo que la aleja de Haneke) incomodar al espectador en su butaca. Para colmo, se guarda sorpresa final, que lejos de resultar asombrosa, resulta evidente. En general gustó entre el público de Sitges, pero no a nosotros.
La tercera película del día es “Oculus” (Mike Flannagan, EEUU), cinta de terror de casas encantadas que funcionó relativamente bien en la taquilla norteamericana. Aunque para ser más precisos, más que casas encantadas estamos ante espejos encantados, porqué es un espejo maldito el que siembra el pánico en la familia protagonista. Al estilo de títulos como “Sinister”, “Insidious” o especialmente "Mirrors", “Oculus” tiene ese oficio del cine norteamericano para el género, aportando además algo de aire fresco a un terreno que pocas veces se aleja de un patrón muy definido. Sin actores especialmente conocidos y narrada en dos tiempos; la exposición (un tanto dilatada) de los hechos ocurridos en la infancia de sus protagonistas y el posterior enfrentamiento, ya adultos, al espejo, “Oculus” tiene su gran virtud en un excelente montaje que acopla narrativamente ambos periodos para lograr su efecto de tensión y terror. Bastante mejor que otra cinta de su misma liga que veríamos posteriormente en el festival como es “Annabelle”.
Y llegamos a una de las películas más esperadas del festival, “Maps to the Stars” (David Cronenberg, EEUU) de David Cronenberg, el cual, tras no dejar indiferente a nadie con "Cosmopolis" creo que volverá tener semejante acogida con su nuevo título, una sátira de la industria hollywoodiense que saca las miserias de aspirantes a actores, actrices pasadas de moda, gurus de estrellas y jovenes promesas subidas de ego. Es una comedia, cínica,neurótica,y extraña, muy extraña, demasiado preocupada por atizar la superficialidad de sus personajes, contagiándose de sus matices excentricos. A mi más que divertirme me puso nervioso, aunque cabe reconocer la labor de gente como John Cusack o Julianne Moore por resultar decadentes y conseguirlo, acumulando la pelirroja actriz por este papel otro premio interpretativo tras el logrado en Cannes.
Día 5: Dobles, entierros, niños curiosos y muñecas mortales.
Acabamos el día anterior viendo a la actriz Mia Wasikoswka siendo clave en la resolución de la historia de “Map to the Stars” y nos topamos otra vez con ella dentro del reparto de “The Double” (Richard Ayoade, Reino Unido). Se trata de la nueva película de Richard Ayoade, el famoso Maurice Moss de la serie “Los informáticos”, el cual debutó tras las cámaras con una cinta impregnada del espíritu indie como era “Submarine”. En su segundo trabajo se muestra como un realizador versátil, ofreciendo una historia paranoica sobre un gris trabajador (al que encarna Jesse Eisenberg) que descubre tener un doble con todo el carisma que el no poseé.. Es inevitable pensar en el Terry Gilliam de “Brazil” al ver “The Double”. El estilo visual sucio, caótico, futurista es el mismo que el del ex-Monty Phyton. Y Argumentalmente son tan numerosos como inimaginables sus parecidos con “El Apartamento” de Billy Wilder, desde el objetivo amoroso del protagonista dentro del edificio de trabajo, hasta una llave furtiva del propio y gris empleado.
A pesar de no ofrecer nada nuevo, la atmósfera de pesadilla kafkiana, el diseño de producción distópico y el humor empleado por Ayoade a la hora de retratar el patetismo de su personaje principal lograron convecer al Auditori, a pesar de tener que sufrir otro corte en la proyección.
Encantados quedamos con “A hard day “ (Kim Seong-Hun, Corea del Sur) otro de esos thrillers orientales que son capaces de demostrar a Hollywood quien manda actualmente en este género. Repleta de humor negro, gran ritmo, excelentes persecuciones y sorpresas argumentales, “A hard day” nos presenta a un policía que yendo hacía el entierro de su madre atropella a un peatón. Para esconderlo decide introducirlo en el ataúd de su propia madre, algo que no solucionará, en absoluto, el problema. Seong-Hun se remite a Hitchcock en el manejo de las secuencias de suspense o en el uso de elementos cotidianos que colaboren en la tensión de las situaciones provocadas. Lo que comienza como un brillante ejercicio de suspense-humor cambia hacía el thriller de ritmo trepidante con falsos culpables, corrupción policial y violencia directa y seca. Una película estimulante que nos mantuvo pegados a la butaca durante sus casi 2 horas de duración.
En esa tendencia actual a la nostalgia ochentera se puede enmarcar la tercera película de unos viejos conocidos del festival, la pareja formada por Alexandre Bustillo y Julien Maury que ya hicieron gozar al público del festival con la gore “A l´interieur” y la vámpírica y gótica “Livide”. Con “Aux yeux des vivant” (Francia) la dupla realiza un homenaje confeso al cine de los 80 poniendo a tres niños curiosos a husmear donde no les llaman en la mejor tradición de "Los Goonies" o "Cuenta conmigo" hasta encontrar a un asesino en serie con máscara de payaso que les perseguirá La ambientación, música e historia imita el toque Amblin tan presente en aquella década, retrotrae al pasado al espectador, si bien, esto ocurre sólo durante la primera parte de su metraje, puesto que, desde ese momento, la película deja de ser "familiar" para convertirse en una suerte de slasher sangriento que tiene como villano por una criatura poco aterradora. Una cinta desigual y por debajo de los dos trabajos anteriores de los directores franceses.
La muñeca Annabelle se dejó ver por Sitges durante los días anteriores a la proyección de la película. Warner ha montado una gran promoción alrededor de ella y pudimos fotografiarnos con la tenebrosa muñeca, sentarnos en su silla mecedora y lucir una careta con su rostro. La tuvimos cerca y no nos infundó terror, como tampoco lo hizo la película a la que da nombre, "Annabelle" (John Lonetti, EEUU) secuela de una de las grandes cintas de terror norteamericano recientes, "The Conjuring".
No dirige James Wan, y eso se nota bastante, aunque su sucesor, John Lionetti se esfuerza en su labor teniendo algunos momentos bastante competentes (estupendo el primer asesinato visto a través de la ventana). Hay un edificio al estilo Dakota que supone un valor añadido, una buena ambientación a los años 60, un tufillo algo conservador y católico y sobre todo sustos por doquier. De los que se aprovechan de golpes sonoros. El mayor problema de "Annabelle" es que la propia muñeca de porcelana impone más por su pasado maldito que por las fechorías que realiza en esta entrega y eso es un grave error por parte de una saga que pretende perpetuarse a partir de su figura.
Día 5: Dobles, entierros, niños curiosos y muñecas mortales.
Acabamos el día anterior viendo a la actriz Mia Wasikoswka siendo clave en la resolución de la historia de “Map to the Stars” y nos topamos otra vez con ella dentro del reparto de “The Double” (Richard Ayoade, Reino Unido). Se trata de la nueva película de Richard Ayoade, el famoso Maurice Moss de la serie “Los informáticos”, el cual debutó tras las cámaras con una cinta impregnada del espíritu indie como era “Submarine”. En su segundo trabajo se muestra como un realizador versátil, ofreciendo una historia paranoica sobre un gris trabajador (al que encarna Jesse Eisenberg) que descubre tener un doble con todo el carisma que el no poseé.. Es inevitable pensar en el Terry Gilliam de “Brazil” al ver “The Double”. El estilo visual sucio, caótico, futurista es el mismo que el del ex-Monty Phyton. Y Argumentalmente son tan numerosos como inimaginables sus parecidos con “El Apartamento” de Billy Wilder, desde el objetivo amoroso del protagonista dentro del edificio de trabajo, hasta una llave furtiva del propio y gris empleado.
A pesar de no ofrecer nada nuevo, la atmósfera de pesadilla kafkiana, el diseño de producción distópico y el humor empleado por Ayoade a la hora de retratar el patetismo de su personaje principal lograron convecer al Auditori, a pesar de tener que sufrir otro corte en la proyección.
Encantados quedamos con “A hard day “ (Kim Seong-Hun, Corea del Sur) otro de esos thrillers orientales que son capaces de demostrar a Hollywood quien manda actualmente en este género. Repleta de humor negro, gran ritmo, excelentes persecuciones y sorpresas argumentales, “A hard day” nos presenta a un policía que yendo hacía el entierro de su madre atropella a un peatón. Para esconderlo decide introducirlo en el ataúd de su propia madre, algo que no solucionará, en absoluto, el problema. Seong-Hun se remite a Hitchcock en el manejo de las secuencias de suspense o en el uso de elementos cotidianos que colaboren en la tensión de las situaciones provocadas. Lo que comienza como un brillante ejercicio de suspense-humor cambia hacía el thriller de ritmo trepidante con falsos culpables, corrupción policial y violencia directa y seca. Una película estimulante que nos mantuvo pegados a la butaca durante sus casi 2 horas de duración.
En esa tendencia actual a la nostalgia ochentera se puede enmarcar la tercera película de unos viejos conocidos del festival, la pareja formada por Alexandre Bustillo y Julien Maury que ya hicieron gozar al público del festival con la gore “A l´interieur” y la vámpírica y gótica “Livide”. Con “Aux yeux des vivant” (Francia) la dupla realiza un homenaje confeso al cine de los 80 poniendo a tres niños curiosos a husmear donde no les llaman en la mejor tradición de "Los Goonies" o "Cuenta conmigo" hasta encontrar a un asesino en serie con máscara de payaso que les perseguirá La ambientación, música e historia imita el toque Amblin tan presente en aquella década, retrotrae al pasado al espectador, si bien, esto ocurre sólo durante la primera parte de su metraje, puesto que, desde ese momento, la película deja de ser "familiar" para convertirse en una suerte de slasher sangriento que tiene como villano por una criatura poco aterradora. Una cinta desigual y por debajo de los dos trabajos anteriores de los directores franceses.
La muñeca Annabelle se dejó ver por Sitges durante los días anteriores a la proyección de la película. Warner ha montado una gran promoción alrededor de ella y pudimos fotografiarnos con la tenebrosa muñeca, sentarnos en su silla mecedora y lucir una careta con su rostro. La tuvimos cerca y no nos infundó terror, como tampoco lo hizo la película a la que da nombre, "Annabelle" (John Lonetti, EEUU) secuela de una de las grandes cintas de terror norteamericano recientes, "The Conjuring".
No dirige James Wan, y eso se nota bastante, aunque su sucesor, John Lionetti se esfuerza en su labor teniendo algunos momentos bastante competentes (estupendo el primer asesinato visto a través de la ventana). Hay un edificio al estilo Dakota que supone un valor añadido, una buena ambientación a los años 60, un tufillo algo conservador y católico y sobre todo sustos por doquier. De los que se aprovechan de golpes sonoros. El mayor problema de "Annabelle" es que la propia muñeca de porcelana impone más por su pasado maldito que por las fechorías que realiza en esta entrega y eso es un grave error por parte de una saga que pretende perpetuarse a partir de su figura.
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