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Y ha tenido que recurrir al boxeo, que tan grandes momentos ha dado al cine.
"Cinderella Man" habla de un personaje real, el boxeador Jim Braddock, y en esta ocasión Howard, respeta su vida, al contrario de lo que hizo con John Forbes Nash en "Una mente maravillosa", biopic engañoso y totalmente manipulado, con una fama inmerecida apoyada en un buen puñado de Oscars. Parece que Ron Howard ha aprendido de todos sus errores y que ademas ha echado un vistazo a clásicos como "Las uvas de la ira" o "La ley del silencio".
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En su primer tramo, "Cinderella Man" nos narra la agradable vida de Braddock (un inconmensurable Russell Crowe) para, a traves de una acertada elipsis, observar la terrible llegada de la Gran Depresión y el modo en que afectó a muchas familias.
Desde ese momento, presenciamos la contenida, triste y voluntariosa vida de los Braddock. El sufrimiento de la ausencia de economia, unida a la lesion del otrora prometedor boxeador. Una historia de superación personal, de amor paternal, de cariño familiar. Ron Howard lo cuenta con oficio, incluso con clase. Nos hace ser participes de esas penurias. Y nos recuerda, con el trabajo de Braddock en el puerto, a otro de esos grandes personajes de la historia del cine, a ese Terry Malloy de "La Ley del silencio", tambien boxeador frustrado y tambien avocado al forzoso oficio de estibador.
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Pronto llegara el renacer del Braddock boxeador, con el apoyo de su manager (otra de esas interpretaciones magnificas, en este caso la de Paul Giamatti) y la consiguiente ascensión de su figura mediatica.
Aquí, Howard, vuelve a tirar de manual, para seguir la estela de ese cine de boxeo, siempre eficaz, siempre entretenido, siempre interesante para el espectador.
Utiliza de nuevo la elipsis para indicarnos esa ascension pugilistica y como no, aparece la figura de un duro rival. El enemigo en cuestión al que Braddock deberá enfrentarse. Temido, violento, engreido.
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Una parte final de metraje tan interesante como el resto que va conformando una sobresaliente cinta, impropia de un director que siempre ha sido un artesano más que un autor y que ha tenido el reconocimiento de los segundos.
Un biopic de corte clásico, sincero y emocionante, que mereceria ganar todos los Oscars que ganó "Una mente maravillosa". Sin duda, de lo mejor del director de "Willow" o "Apollo XIII", que seguramente volverá por sus fueros en esa version cinematográfica de uno de los libros mayormente discutidos en mucho tiempo, "El Codigo Da Vinci".
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