20 de octubre de 2005

¿Quién no se ha cabreado tanto como para desear pegar un certero puñetazo? ¿Quien no ha tenido momentos en que hubiese hecho aflorar su rabia de un modo violento?
El mejor retratista de la violencia, aquel del que han aprendido Tarantino y otros muchos, Sam Peckinpah, nos explicó como todo ser humano tiene su lado irascible, como el hombre más cuerdo y calmado puede llegar a ser el más violento del planeta, si le tocan la fibra que desbloquea su tranquilidad.

Y lo hizo fuera del western, su género habitual, en "Perros de Paja", memorable obra de comienzos de la década de los setenta, que, sin embargo, no se alejaba demasiado en su fondo, de una cinta del viejo oeste.

"Perros de Paja" nos cuenta la historia de David Sumner (Dustin Hoffman) y su esposa (Susan George). Han decidido dejar su residencia habitual para vivir en un pequeño británico.
David es un ser tranquilo y reflexivo. Un matemático enfrascado en sus numeros. Un hombre de ciudad. Su esposa viene a ser lo contrario. Una chica alegre, bella, provocativa e inquieta. Unida a la vida de David.

Peckinpah nos describe la relación entre ambos durante los primeros minutos de metraje, introduciendo brevemente a los personajes que residen en el pueblo.
Si bien, la relacion de pareja es ambigua y dudosa para el espectador.Tan pronto son cariñosos el uno con el otro, como discuten sin parar.

Esa descripción de Peckinpah, provoca actos un tanto incomprensibles para el espectador, que no sabe donde posicionarse. Tanto David como su esposa son variables. Su humor es variable. Sus actos no terminan de ser lógicos.
Es este primer contacto con el pueblo y con la relación matrimonial lo que no aguanta el paso del tiempo en un visionado actual. Aquí "Perros de Paja" se queda obsoleta.

En cambio, lo mejor está por llegar, y eso es lo que ha convertido a "Perros de Paja" en una de las cintas más famosas de su director y en una de las más importante del cine de los setenta.
Peckinpah explora las diferencias entre lo rural y lo urbano, lo cuerdo y lo visceral, lo salvaje y lo racional. Pero sobre todo explora los comportamientos del ser humano.

Es Dustin Hoffman el elegido para ello. Su actitud cambia con los acontecimientos. Y no solo son las continuas intimidaciones de los rudos pueblerinos que se van dando desde el comienzo del relato, sino tambien por la presión matemática a la que está sometido en su profesion, los vaivenes de su relación (repito, con una mujer tan bella como incordiante) e incluso las insinuaciones de la chica más promiscua del pueblo.

Todo ello descoloca los comportamientos de un ser humano timido, sensato y al mismo tiempo inseguro. Cuando todo se precipita, el menudo de Hoffman defiende su territorio de la manera más inesperada.

No menos descolocada se muestra su esposa. Ofrece despecho cuando el "bueno" de Hoffman la ignora. Se siente defraudada ante la cobardia de su marido hasta el punto de no mostrar demasiadas señales de rechazo ante la violación que sufre. Y aunque Peckinpah no lo muestra, el matrimonio está tan desquebrajado que ni siquiera cuenta lo ocurrido a su marido.

Habiendo asistido a esta peculiar manera de describir el ambiente campesino y sobre todo una relación de pareja con sus más y sus menos, Peckinpah da rienda suelta a su cine.

Aparece la violencia, desmesurada, y sorprendente, al venir de un ser al que hemos visto tan sumamente inofensivo. Hoffman defiende una causa ( la seguridad del tonto del pueblo) pero en realidad, esta descargando su ira contenida, la presion a la que está sometido. Y no lo hace en forma de puñetazo a la pared, lo hace dejando aflorar una extrema violencia arraigada al ser humano, protegiendo su fortín, al más puro estilo western.

Esa es la intención de Peckinpah desde el primer minuto. Una modo de ver la violencia humana. Una intención que consigue en el último tramo y que justifica todo lo narrado, con un innegable interés, desde el comienzo.

"Perros de Paja" es una obra a reivindicar. Para muchos sobrevalorada, para otros incomprendida. Con la presencia de Hoffman, uno de los artifices de la revolución cinematográfica de los setenta y con Susan George derrochando belleza (lástima que su carrera se quedase en nada). Cine de Peckinpah en estado puro. Sin duda, una de sus mejores cintas. Por no decir la mejor. Imprescindible.

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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

7 comentarios

  1. Anónimo says:

    Esta peli me encanta, es soberbia, con un final espectacular con grandes actuaciones y con una inmensa dirección, con un escena brillantemente rodada como es la de la violación.

    Como bien dices una de las peliculas que hay que reivindicar. que grande era Peckimpah

  2. Anónimo says:

    Yo no la habría descrito mejor... Me quedo con la parte final de la película, sin duda!!

  3. Libertino says:

    es mi favorita del viejo coyote.
    Ni huidas, ni Billys, ni grupos ni ná.
    David Summer.

  4. Anónimo says:

    es un peliculón, sí. pero creo que hay un espacio que sigue sin explorarse (pero times are a'changin, espero). la violencia palpable se materializa en la figura de la mujer. es una película que tiene mucho de western, también en cómo los personajes femeninos son retratados. la mujer de dustin hoffmann, susan george, mantiene con él una relación ambigua, como dices, porque hay unos roles clásicos de masculinidad y feminidad asfixiantes. él quiere su tiempo, su esfera privada en la que ella no puede entrar. en un momento dado le dice "puedo ayudarte?" y él, lleno de ira, le dice "si quieres ayudarme podrías limpiar la cocina". ella considera imperdonable que él no arregle la tostadora, papel típico de un marido, al igual que que no sea capaz de imponerse a los hombres que merodean por la casa.
    La escena de la violación está enfocada desde un prisma típicamente masculino; desde el principio de la película ella se presenta ( o nos la presenta peckinpah) como una provocadora por no llevar sujetador. es una mujer objeto cuyo cuerpo es el eje de la película. en la violación ella se resiste. desde el principio. su agresor la pega repetidas veces. sin embargo parece que al final se resigna. pero es eso, resignación, no ambigÜedad ni mucho menos placer. qué terrible esa visión. qué violencia en las relaciones. claro que si pensamos que ella juega con él al ajedrez con un manual de instrucciones...
    los otros personajes femeninos son parecidos: la niña que coquetea con el tonto del pueblo, buscando su poder de seducción, la mujer del predicador que pregunta incomodando a su marido quién era Montesquieu, dejándole en evidencia. Creo que merece observar la película desde esta perspectiva. toda esa violencia de roles y relaciones de poder son las que desbordan a dustin hoffmann, incapaz de hacer valer un modelo alternativo que ni siquiera él es capaz de poner en práctica. el final no es muy alentador... qué fue de peckinpah?

  5. burdon says:

    verdaderamente este realizador no queda en el anonimato digno de codearse con especialistas del genero violento contemporaneo de kubrick, de martin scorsese, no tanto de tarantino pero la ATMOSFERA ES ALGO SUTIL Y ANGUSTIANTE EN ESTA CINTA LA VERDAD EXCLENTE EJEMPLO DE RADICALISMOS ENTRE LA MANSEDUMBRE Y LO QUE EN EL PSICOANALISIS SE CONOCE POR ACTING OUT AL MOMENTO DE SACAR LAS REPRESIONES PERO SIN LUGAR A DUDAS JUNTO CON TAXI DRIVER NARANJA MECANICA, PERROS DE RESERVA Y ERASE UNA VEZ EN AMERICA ESTA CINTA YA ES PARTE DE MIS PELICULAS DE CABECERA.

  6. Anónimo says:

    comparto todo lo anterior, pero creo que el realmente si hay una "enseñanza" en el fondo de la pelicula. Y esque ellos huyen de america para escapar de una violencia conocida por todos pero que nunca habian sufrido(como confiesa el protagonista en algun momento) y acaban topando con una violencia que no esperaban y que esta siempre presente. Durante tres cuartas partes de la pelicula el protagonista nunca da la cara ni ataja esa amenaza que se cierne sobre ellos. Creo que esto es lo que acaba provocando el final tragico de la pelicula, ya que cuando quiere ser firme la cosa esta ya fuera de control, no hay quien lo pare y tiene que resolverse de la peor de las maneras. Para mi la enseñanza es: "no se puede estar siempre huyendo de los conflitos"

  7. Anónimo says:

    muy buena, entre paréntesis, susan george está preciosa