Entre esas atracciones, existía la popular “Luna de Papel”, atracción que brindaba al público la oportunidad de sentarse en una luna de papel gigante e inmortalizar ese momento (ver imagenes aquí). Algo, que en una época de hambre, miseria y precariedad económica, servia como una aplastante metáfora de escapismo.
Sabedor del significado de esa ficticia luna en aquella delicada etapa de la Historia Americana, y gracias a la canción “It´s only a paper moon” que interpretaron entre otros, grandes voces como Ella Fitzgerald, Bobby Darin, Nat King Cole o Frank Sinatra, el realizador Peter Bogdanovich, que había comprado los derechos de la novela “Addie Pray” ambientada en este periodo, introdujo entre los muchos cambios de su adaptación para la gran pantalla, un bellísimo momento relacionado con la famosa atracción.
“Luna de Papel” sería también el nombre que tomaría esta mítica cinta, más cuando, Bogdanovich se lo mostró a su gran amigo Orson Welles, y este le respondió; “El título es tan bueno que no deberías hacer la película, sino presentar el título y olvidarte de ella".
“Paper Moon” seria una de las tres películas que se producirían bajo el sello de “The Director´s Company”, una especie de rama de producción de Paramount Pictures, que dotaba de libertad creativa a directores incipientes de los 70 como Francis Ford Coppola, William Friedkin y el propio Bogdanovich. “La Conversación” y “Daisy Miller” fueron las otras dos cintas que completó la breve “The Director´s Company”, extinta por diferencias económicas.
A modo de road-movie, y llena de toques de comedia, “Luna de Papel” es una de las cumbres en la irregular y desafortunada carrera de Bogdanovich. La entrañable relación entre Moses (Ryan O´Neal) un vendedor ambulante de Biblias y timador profesional, y Addie (Tatum O´Neal), una niña a la que tiene que llevar a casa de su tía, tras la muerte de su madre, es el motor de esta cinta del año 1973, pero con un clasicismo propio del cine de los años 30 y rodada en blanco y negro.
Película de largos planos, grandes diálogos, y unos personajes brillantemente escritos, “Luna de Papel” es hoy recordada por ser la película que dio el Oscar a Mejor Actriz Secundaria a Tatum O´Neal, de tan solo 10 años y debutante en el cine con aquel papel.
La hija de Ryan O´Neal con el que tenía una gran complicidad en pantalla, ostenta todavía el honor de ser la persona más joven en conseguir un Oscar interpretativo por su resuelta encarnación de Addie Pray (en un papel que ya era una joya), un premio que subió a recoger con esmoquin masculino por recomendación de Bianca Jagger y con el pelo corto que ya gastaba en la cinta de Bogdanovich. Tatum O´Neal parecía gozar de un futuro prometedor, pero su figura estaría siempre unida al escándalo. Fue una de las primeras novias de Michael Jackson, la mujer del tenista John McEnroe, al que denunció por maltrato, al igual que acusó a su padre de abusos emocionales, a un amigo de su padre de haberla violado y a Melanie Griffith de introducirla en el mundo de las orgías cuando tan solo tenía 12 años. Su carrera artística no fue a mayores y tan solo cabría destacar una segunda participación con Bogdanovich en “Nickleodeon”. Eso si, su biografía vendió un gran número de ejemplares.
La nostalgia y un aire de optimismo impregnan las imágenes de una cinta que en su viaje por las carreteras de la América profunda, topará con la pobreza, el instinto de supervivencia del ser humano, la elevada mortalidad, el contrabando, la corrupción o la servidumbre. Características propias de un periodo aciago, del cual, “Luna de Papel”, se establece como una fiel reproducción y un buen documento para hacerse una idea de aquellos años de bancarrota, siempre con una mirada ligera, cómica y pícara.
Una cinta a reivindicar, que es uno de los mayores logros, junto a “La última película” y “¿Qué me pasa, doctor?”, de ese fanático del cine que es Peter Bogdanovich, que como Polanski, tuvo que lidiar en su momento más álgido y creativo, con un escándalos de faldas y con el asesinato de sus parejas, algo de lo que su carrera, a diferencia de la del director de “Repulsión”, nunca pudo recuperarse.
Ryan O'Neal fue Dios en la gran obra maestra BARRY LYNDON del genial Kubrick.
Catalogado de mal actor, se ve cómo un gran director puede hacer que alguien haga un dignísimo papel.
Salud
Marinero
www.lacoctelera.com/traslaspuertas
Te has fijado en su parecido con Carlitos de "Cuentame como paso"???
Coincidencia??? No lo creo!!!! XD
Marinero; A mi me parece destacable su interpretación en "Luna de Papel".
En Barry Lyndon es capaz de llevar todo el peso de la pelicula (durante 3 horas) mucho mas que dignamente (y con el exigente Kubrick al mando) y en ¿Que me pasa doctor? me hizo reir una barbaridad. No lo considero un mal actor, en contra de lo que se haya dicho de él.
Angel; No había caido en la cuenta, jaja, pero el parecido es brutal! Habrá que investigarlo! jeje.
Una maravillosa película... y qué pena lo que luego fue de Bogdanovich. ¿Alguien entiende a Hollywood?
Un saludo!
Bogdanovich fue un gran cinéfilo! Y este título uno de los más emblemáticos de los años setenta.
Como bien dices, una película, y un director, a reivindicar y a contemplar desde una nueva mirada, la actual. Seguro que no pierde un ápice de su buen cine.
Saludos robgordon!
Estupenda película y grandes las interpretaciones tanto del padre como hija.
Me uno a la reivindación!
Peliculón!
Arhhhhhh que mala hostia traigo!!!! Acabo de llegar de ver Spiderman 3, que desilusion...
Rob, si quieres saber lo que pienso de ella pasate por mi foro y leete mi mensaje, estoy demasiado cabreado para escribirlo otra vez... Encima con mi superheroe favorito... Joder, que mala suerte...