2 de febrero de 2009

En el año de una de las cosechas más pésimas de nuestro cine que se recuerdan, ganó la única película que ofrecía algo de valentía. “Camino” de Javier Fesser es una cinta excesiva pero poderosa, incomoda aunque redundante. Una obra con tantas virtudes como defectos, que logró 6 Goyas, incluyendo los de Mejor Película, Dirección y Guión Original. Claro, que sus rivales eran inexistentes. Si en los Oscar no pueden faltar las películas de nazis, aquí ocurre más de lo mismo con la guerra civil. “Los girasoles ciegos” era la enésima película sobre el tema y probablemente la más descafeinada de todas cuantas hayamos visto. Desde luego no es el mejor trabajo del paisano José Luis Cuerda, por mucho que el se obceque en demostrar los contrario. Me cuesta entender el alto número de nominaciones para esa chapuza llamada “Los Crímenes de Oxford” de Alex de la Iglesia, como tampoco entiendo la extraña razón que provoca que Agustín Díaz Yanes acabe siempre nominado.

Sin existir calidad, competitividad o emoción alguna, los Goya optaron por la vía fácil, la de otorgar los premios a aquellos que pudieran suscitar mayor repercusión social y/o mediática, que al fin y al cabo de eso es de lo que está necesitada la Academia española. De este modo y de entre todos los nominados ganó aquel que tenía una minusvalía física, la actriz nacional más internacional a la que hay que apoyar para el Oscar, el gran guionista recién fallecido, la niña, el actor con Oscar que tiene el detalle de venir a la gala, hasta incluso los cortometrajistas que son hijos de un reputado productor. Unos premios obvios y cobardes.

Aunque quizá debería matizar, la cobardía de la Academia no está en la entrega de premios en sí, sino en su incapacidad de fondo para renovarse, para facilitar el camino a las figuras emergentes de nuestro cine, para admitir su falta de frescura que otros si pueden aportar. Menos “Tanos” Diaz Yanes y más Nachos Vigalondos. Menos películas sociales y más cine de género si este lo merece.

No se explica como Carmen Machi, excelente actriz pero fatal presentadora capaz de confundir a Harvey Milk con Harvey Keitel, puede ser la elegida para presentar la gala de los Goya en un país lleno de showmans con talento (Andreu Buenafuente, el Gran Wyoming, etc). La sola aparición de los cómicos chanantes, con el maravilloso gag de Los 4 fantásticos, suponía el momento menos encorsetado y más revelador de la historia reciente de los Goya, así como la presentación de un premio por parte de Juan Antonio Bayona y Vigalondo dejaba en paños menores a la tontería del morreo entre actores repetida hasta la saciedad. El futuro está ahí pero no hay en la Academia nadie que lo vea.

Hubo pocos momentos verdaderamente destacables; el premio a Jess Franco, el In-Memoriam y las lagrimas posteriores de Maribel Verdú; y si muchos olvidables; el gag del móvil con la citada actriz, el paletismo continuo hacía Benicio del Toro, el momento “se me cae el Goya y se rompe” de Javier Gutierrez, Concha Velasco y Enrique Cerezo, la recreación de “REC” por parte de Manuela Velasco o algunos errores de la realización televisiva (primer plano de un beso entre Verónica Echegui y su novio cuando el homenajeado de la noche está en mitad de su discurso).

Todos tendemos a ser excesivamente críticos con lo nuestro, pero la verdad es que los premios Goya no hacen nada para evitarlo. Este ha sido otro año para sentirnos un poco más avergonzados y menos contentos con la fiesta del cine español. Tenemos más talento del que hacemos ver. La cuestión es saber detectarlo y querer ceder los galones.

Todos los ganadores, aquí.
Tagged
Different Themes
Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

6 comentarios

  1. totalmente de acuerdo con tu crítica!!!

  2. Anónimo says:

    bravo
    el caso es que yo no se esos más de tres millones de audiencia, porque la sra Machi es de lo más patético que existe
    salu2 desde Bruselas
    Euti

  3. Roberfumi says:

    No he visto ni un minuto, pero con sólo ver la alfombra verde y esas escaleras made in Jose Luis Moreno me lo puedo imaginar jajaja.

    Ciao!!

  4. Kike says:

    Totalmente de acuerdo. Tuve la desgracia de sufrir entera la gala y me resultó completamente L-A-M-E-N-T-A-B-L-E

  5. Bueno, pues parece que hay unanimidad entre el público... una razón más para dar que pensar a la Academia...

    Saludos post-goyescos!

  6. Anónimo says:

    Es lo de todos los años, un año tras otro nos los volvemos a tragar, con la esperanza de que algo nos sorprenda o por lo menos nos haga pasar un buen rato, y nada, siguen con las mismas bromas rancias (algunas incluso peores de año en año), los premios igual de obvios que siempre, como bien dices tu, "otorgados a quien pudiera suscitar más repercusión", etc, etc, etc... no confio en que hagan algo por mejorar los Goya del año que viene. Saludos!