Muy capaz de seleccionar el equipaje exacto, extremadamente feliz por su pericia a la hora de economizar el tiempo de espera en los aeropuertos, orgulloso de sus millas de vuelo acumuladas que le llevarán a ser uno de los norteamericanos más itinerantes, Ryan Bingham (George Clooney) mantiene una existencia aparentemente próspera.
A simple vista, cualquier ser humano desearía estar en su piel, salvo por la labor con la que se gana la vida; ser un verdugo laboral que se enfrenta diariamente a la tarea del despido de un trabajador.
Solo un tipo sin conciencia alguna, e insensibilizado ante la emociones ajenas puede llevar a cabo semejante faena. Solo un tipo individualista que ha perdido la capacidad de sentir algo por alguien es capaz de hacerlo y ni siquiera pestañear.
Como ya ocurría con el personaje de Aaron Eckhart en la primera película de su director, “Gracias por fumar” o con el secundario de Jason Bateman en “Juno”, Jason Reitman pone ante nuestros ojos a un personaje de marcadas convicciones y vida modélica, exponiéndolo posteriormente a dilemas que le hacen desestabilizar su existencia y dudar de sus propios discursos. La faceta favorita de Reitman es la de desenmascarar a sus personajes para a través de ellos llegar a poner en tela de juicio el funcionamiento de la sociedad actual. Si “Gracias por fumar” hablaba del tabaco y “Juno” del embarazo adolescente, “Up in the air” es una película sobre la crisis económica o laboral, aunque en realidad las tres vienen a hablar de otra crisis, la de la propia realidad en la que se encuentran sumidos cada uno de sus personajes protagonistas, la de la propia madurez.
“Up in the air” tiene, por tanto, sus bazas en las interpretaciones y en la cuidada construcción de de sus tres protagonistas principales. George Clooney, en su mejor papel hasta la fecha, encontrará en Vera Farmiga y Anne Kendrick dos excelentes réplicas que van modelando la filosofía de este ejecutivo lleno de claroscuros, al tiempo que marcan el paso de una película que avanza sobria y con paso firme en su relato de una sociedad que ha abandonado las comunicaciones interpersonales.
Reitman se mueve con fluidez en una muy sólida adaptación de la que el mismo firma el guión, pasando con acierto sobre variados terrenos; “Up in the air” comienza como una ágil y elegante comedia, pasa a ser una especie de “buddy movie” ejecutiva, para convertirse en un drama romántico de carácter indie (un tono cada vez más innecesario y molesto) y acabar preguntándose a si misma y al espectador la validez de todo lo anteriormente expuesto, en un final lleno de amargura e incertidumbres.
A simple vista, cualquier ser humano desearía estar en su piel, salvo por la labor con la que se gana la vida; ser un verdugo laboral que se enfrenta diariamente a la tarea del despido de un trabajador.
Solo un tipo sin conciencia alguna, e insensibilizado ante la emociones ajenas puede llevar a cabo semejante faena. Solo un tipo individualista que ha perdido la capacidad de sentir algo por alguien es capaz de hacerlo y ni siquiera pestañear.
Como ya ocurría con el personaje de Aaron Eckhart en la primera película de su director, “Gracias por fumar” o con el secundario de Jason Bateman en “Juno”, Jason Reitman pone ante nuestros ojos a un personaje de marcadas convicciones y vida modélica, exponiéndolo posteriormente a dilemas que le hacen desestabilizar su existencia y dudar de sus propios discursos. La faceta favorita de Reitman es la de desenmascarar a sus personajes para a través de ellos llegar a poner en tela de juicio el funcionamiento de la sociedad actual. Si “Gracias por fumar” hablaba del tabaco y “Juno” del embarazo adolescente, “Up in the air” es una película sobre la crisis económica o laboral, aunque en realidad las tres vienen a hablar de otra crisis, la de la propia realidad en la que se encuentran sumidos cada uno de sus personajes protagonistas, la de la propia madurez.
“Up in the air” tiene, por tanto, sus bazas en las interpretaciones y en la cuidada construcción de de sus tres protagonistas principales. George Clooney, en su mejor papel hasta la fecha, encontrará en Vera Farmiga y Anne Kendrick dos excelentes réplicas que van modelando la filosofía de este ejecutivo lleno de claroscuros, al tiempo que marcan el paso de una película que avanza sobria y con paso firme en su relato de una sociedad que ha abandonado las comunicaciones interpersonales.
Reitman se mueve con fluidez en una muy sólida adaptación de la que el mismo firma el guión, pasando con acierto sobre variados terrenos; “Up in the air” comienza como una ágil y elegante comedia, pasa a ser una especie de “buddy movie” ejecutiva, para convertirse en un drama romántico de carácter indie (un tono cada vez más innecesario y molesto) y acabar preguntándose a si misma y al espectador la validez de todo lo anteriormente expuesto, en un final lleno de amargura e incertidumbres.
El vuelo de "Up in the air" es silencioso pero constante, con la seguridad de que te dejará satisfecho en el destino elegido. Justo como la carrera de Reitman que vuela alto desde que despegó.
(Clip de regalo, con el tema principal de la película, interpretado por Sad Brad)
Alberto Q.
http://traslaspuertas.wordpress.com
A mí también me gustó mucho, Rob.
Creo que es lo mejor de Reitman porque "Juno" no me parece tan redonda y sí algo sobrevalorada.
Saludos
También hay que tener en cuenta que "Juno" era de Reitman pero al cincuenta por ciento con Diablo Cody.
Esta se encuentra más en la linea de "Gracias por fumar", cosa que se nota bastante.
Saludos Alberto!