14 de febrero de 2011



Se presumía una noche de los Goya agitada debido a las tan discutidas dimisiones, descargas y leyes de las semanas previas a la ceremonia. La cuestión estaba en si el nerviosismo que sobrevolaba el Teatro Real de Madrid se transmitiría a la propia entrega de unos premios que celebraban, además, su primer cuarto de siglo.

Y así ocurrió, los Goya no fueron capaces de esquivar el cruce de pareceres entre la fatal Ministra Sinde y el dialogante presidente de la Academia, y bien por actuaciones propias (el directo discurso de Alex de la Iglesia) o por sucesos ajenos (la aparición de Jimmy Jump), la gala se contagió de esa tensión volviendo a ser ese espectáculo caótico, torpón y de eterna duración que parecíamos haber superado con la impecable ceremonia del 2010.

Manifestantes con máscaras de “V de Vendetta”, lanzamiento de huevos contra la ministra, Imanol Arias realizando el símbolo de la victoria, Buenafuente más intranquilo de lo habitual, Sinde y De la Iglesia posando falsamente ante la prensa, In Memoriam con pésima realización que no se detiene en Berlanga, Ozores o Alexandre, caras de incomodidad de Pajín y Bollaín, gestos que encajan mal la derrota (Carolina Bang), barretinas, gente que sube a recoger el premio con el móvil encendido, números musicales de dudoso ritmo y perros sabios y mordedores que se duermen a mitad de la noche. La gala 25 de los Goya se recordará por este tipo de accidentes más o menos controlables que, para que negarlo, forman parte de la identidad de estos premios.

Entre esta sucesión de percances y un discurso valiente del presidente de la Academia que hizo temblar a todo el Teatro Real posicionándose de nuevo del lado del espectador/usuario (“Sin público esto no tiene sentido. No podemos olvidar eso jamás”), “Pa Negre”, esa película que pocos han visto, se hacía con 9 premios Goya derrotando a “Balada Triste de trompeta”, “También la lluvia” y “Buried” (pronunciado “baried”). Se reconocía así la labor de Agustí Villaronga, un importante autor de nuestro cine que hasta ayer permanecía marginado por la industria. Los premios a la cinta de postguerra de Villaronga junto con el galardón a Javier Mariscal por “Chico y rita” o a Pasqual Maragall por “Bicicleta, cuchara manzana” otorgaron a la senyera catalana un protagonismo especial en la edición 25 de los Goya.
A excepción de los premios a Javier Bardem por “Biutiful” (esperado por todos) y el muy merecido para Karra Elejalde por “También la lluvia”, “Pa Negre” hacía pleno en el apartado interpretativo proporcionando galardones a cuatro de sus actores; Nora Navas, Laia Marrull y los niños Frances Colomer y Marina Comas, confirmando la efectividad de Marrull – tres goyas en tres nominaciones- y demostrando por el enésima vez el cariño de la Academia por los niños.

Rodrigo Cortés y su film “Enterrado” lograba tres Goyas, dos de ellos importantes; Mejor Montaje y Guión original, mientras que las cintas de presidente y vicepresidenta de la academia se conformaban con 3 y 2 cabezones respectivamente.

Alberto Iglesias conseguía su octavo premio a Mejor Banda Sonora y Jorge Drexler ganaba el premio a la mejor canción por “Lope”, acumulando en su estantería más premios gordos cinematográficos que el 99% de los presentes en el patio de butacas.

El año que viene todo volverá a ser diferente. Sea quien sea el futuro presidente, la Academia dará otro bandazo sin ánimo de continuidad y ya no habrá nadie para abrirle los ojos a la realidad en que nos encontramos. No nos engañemos, el cine español no quiere cambiar. Los Goya no cambiarán. No mientras existan malas caras cuando se habla de dialogo, derechos y avance.
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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

1 comentarios

  1. Anónimo says:

    Muy bueno lo que escribes sobre cómo fue la noche de los Goya. Para mi, sorprendentemente fueron muy justos, aunque me temía lo contrario. He visto todas las películas que optaban a los premios y sin lugar a dudas me quedo con Pa Negre. Muy bueno que pongas lo de la cara de Carolina Bang tras perder el Goya, parece que nadie se había percatado de eso. Lo fuerte es que la chica pensase que iba a ganar con semejante truño de interpretación... Muy bien por Marina Comas, que siendo tan joven sabe aprovechar su oportunidad y mostrarnos todo su talento!!