¿Un inmigrante negro recién salido de la cárcel comienza a cuidar a un multimillonario tetrapléjico? En efecto, es un argumento de película, basada, además, en hechos reales. Un argumento cuyos elementos serian capaces de ahuyentar incluso al espectador menos receloso pero que, y aquí está la sorpresa, se ha convertido en el gran éxito de taquilla europeo del año y en la segunda gran noticia del 2012 para Francia después del fenómeno provocado por “The Artist”.
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Con suma habilidad, Eric Toledano y Olivier Nakache, directores de “
Intocable” han medido concienzudamente las dosis de sentimentalismo barato y han preferido ser tachados de conservadurismo a la hora de afrontar con pocos riesgos y mucha complacencia una historia con evidente potencial efectista y lacrimógeno. Cine social para todos los públicos, comedia aburguesada no apta para indignados, drama humano en tiempos deshumanizados, “
Intocable” a pesar de sus lecturas raciales, de clase, sociales, de dependencia y reinserción está en las antípodas del cine de Ken Loach, optando por el humor negro y la comedia blanca como norma a la hora de contar la relación de amistad que nace entre sus personajes.
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Es la química entre el omnipresente actor francés Francois Clouzet (“
No se lo digas a nadie”, “
Pequeñas mentiras sin importancia”) y Omar Sy (AKA el actor que le quitó el Cesar a Jean Dujardin), lo más destacado de una película eminentemente superficial que presenta a unos personajes limpios y amables más allá de sus conflictos, por los cuales la cinta de Toledano y Nakache pasa de puntillas (en especial todo lo relacionado con el turbio pasado de Driss).
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“
Intocable” como historia simpática, con su tono amable, su lectura comprometida y unas interpretaciones sinceras ha cautivado al espectador medio estableciéndose como el drama “anticrisis” del momento, a pesar de que se le pueda achacar fácilmente su su escasez de valentía y apuesta sobre seguro (sería interesante que el minusválido no fuese tan extremadamente rico con lo que el personaje ganaría en profundidad y conflictos) algo que no empaña el buen y popular resultado final de una película en la que el Hollywood más académico ya ha puesto sus ojos con vistas a un posible remake.
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