Si había alguna duda de si era el espectador el que se había
agotado del universo fílmico que planteaba Tim Burton, la última película del
realizador norteamericano despeja cualquier tipo de duda; el espectador sigue
siendo el mismo, es el propio Tim el que se ha vendido a su fórmula.
“Sombras tenebrosas” es el enésimo intento de Burton por
trasladarnos a su universo recargado, excesivo, lúgubre, gótico, algo que
aceptamos agradecidos mientras su habitual alarde de imaginación se podía
equiparar a su esfuerzo de fondo. Pero Burton dejó hace tiempo de preocuparse por
sus historias para simplemente querer crear nuevos mundos en los que Johnny
Depp y Helena Bonham Carter pudieran lucir peculiares caracterizaciones y altas
dosis de histrionismo interpretativo. Éste es el caso que confirma la triste
decepción que supuso “Alicia en el país de las maravillas”, obra de Lewis
Carroll que siempre imaginamos en las manos de Burton hasta que Burton se
encargo de deshacer sus dobles lecturas y dosis de surrealismo para componer un
producto ingenuo e insuficiente, que sin embargo recaudó las mejores cifras en
la carrera del inquieto director de “Mars Attacks!”.
“Sombras tenebrosas” adaptación de una serie-culebrón
televisivo de los 60 se prestaba a ser mirada por el punto de vista burtoniano pero
también a ser un vistoso reclamo que garantizase buenas cifras de entrada en
taquilla. Burton sabe del tirón del Depp más desfasado y abusa de su presencia,
acumula secundarios de peso (jamás Michelle Pfeifer o Jackie Earle Haley
estuvieron tan desaprovechados) y explota unos efectos digitales que se
muestran fríos y excesivamente digitalizados (esa difuminación del rostro del
Barnabás Collins de Depp que ya sufrió en “Charlie y la fábrica de chocolate”).
Insuficiente para el cinéfilo, adecuado para una buena recaudación inicial.
Estamos ante un Burton acomodaticio, demasiado conformista
con un guión repleto de agujeros, chistes burdos y facilones y una selección
musical plana y superficial. Tan errático como Barnabas y los personajes que le
acompañan en esta oscura aventura de vampiros y brujas en la que la dupla que
nos ofrecieron joyas como “Ed Wood” o “Eduardo Manostijeras” demuestran no
sentirse culpables de trabajar con el piloto automático puesto. Confiamos en
que con “Frankeweenie”, la adaptación del propio cortometraje animado de Burton
podamos celebrar la vuelta de un director desaparecido de un tiempo a esta
parte.
Tremendamente sosa, tremendamente repetitiva, tremendamente innecesaria... Admiro la genialidad del universo creado por Burton, Depp incluido, pero le falta muchísimo carisma a la historia y a los personajes