Ya desde el poster promocional de
esta tercera visión de Christopher Nolan sobre el héroe murciélago de DC
Comics, se atisba un Batman contraído de culpa, de espaldas a una realidad
social revuelta y nerviosa, lastrado por los recuerdos y devorado por el miedo.
Si en “El Caballero Oscuro”,
Batman asumía unas consecuencias que no le correspondían, en “La leyenda renace”, Bruce Wayne debe hacer un alarde de superación y sobreponerse a su letargo, algo que
ofrece a Nolan posibilidades infinitas para ofrecer un nuevo recorrido por los
atormentados sentimientos de la persona tras la máscara, terreno éste, el de
las sombras y no las luces del ser humano, preferido por el director
norteamericano y completamente presente durante toda su revisión del superhéroe
nocturno.

Sobre ambas premisas crece este “Batman”,
tan grandilocuentemente estructurado, estruendoso y solemne como sus predecesoras.
Lleno de entramados insurgentes (la explosión de Gotham, el golpe a la Bolsa), y
con similar carga de personajes a sus dos entregas anteriores. “El caballero
oscuro: la leyenda renace” brinda la resurrección de Selina Kyle (Anne
Hattaway), la Catwoman al margen de todo y de todos que campa a sus anchas por
la película con aires de independencia y una pizca de superioridad, algo que
también intenta sin éxito el personaje de Marion Cotillard y con mayor fortuna el
de Joseph Gordon Levitt. Existe pues, descompensación entre tramas y personajes,
algo que lastra las ampulosas intenciones de Nolan que en sus más de dos horas
y medía de metraje debió haber equilibrado las altas pretensiones marca de la
casa y que en “Batman Begins” y “El caballero oscuro” fueron admiradas por fans
de todo el mundo.
En ese defecto de grandeza
encontramos una mayor ligereza del producto, y con él, un entretenimiento menos
afectado y pseudointeligente de lo habitual. Seremos capaces de vislumbrar algo
más en sus orquestadas secuencias de acción y descubrir nuestra admiración al
contemplar un campo de fútbol americano hecho trizas. Incluso de prestar atención
a su flashback sobre el miedo y el progreso y de acompañar a Gordon Levitt y su
enorme grado de fraternidad infantil.
Nolan ha cerrado su mirada al héroe dando un giro de 180 grados al blockbuster, acercándolo hacía un género en el que predomina el realismo y reinan los protagonistas torturados, transformandose al
tiempo en un nuevo tipo de narrador del siglo XXI, alguien capaz de decirnos
que en la suntuosidad y en el sacrificio está la nueva evasión cinematográfica.
Lo dejas o lo tomas.
Lo intenté dos veces con 'El Caballero Oscuro' y me dormí. Debía de estar cansado. Un aviso: no soy un loco de los comics ni de sus adaptaciones cinematográficas. Pero lo reconozco, con 'La Leyenda Renace' me lo he pasado fenomenal a pesar, o gracias a, de su larga duración. Espectacular, entretenida, con diálogos chispeantes dignos del mejor cine negro y un Batman más admirable por cuanto más vulnerable parece. Christopher Nolan ha hecho una adaptación memorable. Un saludo!!!