"Testigo de cargo" es una de las mejores películas de Hitchcock, solo que la hizo Wilder.
Con ese comentario, empieza Hellmuth Karasek el capítulo sobre "Testigo de cargo" en ese libro homenaje a Billy Wilder, llamado "Nadie es perfecto". Y el escritor no pudo estar más certero en esta definición de la cinta del director austriaco.
La cinta, basada en una novela de Agatha Christie, tiene todos los elementos del cine hitchcockiano, un presumiblemente falso culpable, una rubia protagonista, giros argumentales y por supuesto, el misterio sobre un determinado asesinato.
Sorprendió, por tanto, esa facilidad de Billy Wilder, para conseguir una obra tan importante dentro de un género en el que era un desconocido y donde Hitchcock era el rey. Sin embargo, no hay más que echar un vistazo a la filmográfia del genial escritor-director, para encontrar obras maestras en cada tipo de género en el que decidio adentrarse, ya fuese romance ("Sabrina"), cine negro ("Perdición"), comedia ("Con faldas y a lo loco") o drama ("Dias sin huella"). El suspense no podia quedar fuera.
"Testigo de Cargo" se situa en Inglaterra en 1952 y cuenta la historia de Leonard Vole (Tyrone Power) el cual es acusado del asesinato de una rica viuda con la cual mantenia amistad. Para defenderlo en el juicio, acudia al abogado Wilfrid Robarts, encarnado por Charles Laughton, un cascarrabias falto de salud, que puede estar ante su último juicio. Todo discurre con aparente normalidad hasta la aparicion de Christina Vole (Marlene Dietrich), la esposa de Leonard, que con su declaración desestabilizará la libertad de su marido.
Wilder fue una vez mas inteligentisimo en su guión. Tomó la trama de misterio urdida por Agatha Christie, para con su sabiduria habitual, desarrollar unos personajes modelo y unos sutiles dialogos.
Charles Laughton es el verdadero motor de la película. Wilder sabía que su personaje daría mucho juego y por ello le concede el protagonismo absoluto.
Laughton, compone a la perfección a un abogado enfermo, gruñón y testarudo, a la vez que despierto y sagaz. Consigue, a pesar de sus malas maneras y sus quejas constantes, que el espectador tenga una absoluta complicidad con el. La inteligencia de Wilder y Kurnitz (el co-guionista de la cinta) y las continuas ideas artisticas del, tambien director, Laughton, dieron a luz al personaje perfecto para una cinta de semejantes caracteristicas.
Detalles como su irresistible necesidad de fumar puros, esa silla mecánica con la que asciende las escaleras de su casa, sus continuos juegos con las pastillas o sobre todo el monóculo con el que busca la mentira, hacen de este personaje uno de los mas grande y brillantes de la filmografía de Wilder. Además cuenta con el acompañamiento secundario de Elsa Lanchaster, como enfermera personal de Wilfrid. Cuando ambos están juntos en escena, se dan divertidas secuencias cómicas. Seguramente ensayaron en casa.
"Testigo de cargo" es primordialmente una película de suspense, si bien, en los momentos en que se centra en el juicio encontramos en ella otro gran hallazgo, con poco que envidiar a "Anatomia de un asesinato". Durante la celebración del juicio y a modo de flashback (aqui Wilder recuerda a Hitchcock en "Pánico en la escena") se nos narran los acontecimientos previos al asesinato de la viuda y la relación entre Dietrich y Power, que tendrán una importancia vital en el desarrollo de la trama.
Fue Marlene Dietrich, la que, habiendo anteriormentente con Wilder en "Berlín Occidente", pidio a Wilder que hiciera esta película. Dietrich se luce, con mutación de personalidad incluida e incluso interpreta una canción y todo metido con suma elegancia por los guionistas dentro de la trama.
6 nominaciones al Oscar, consiguió esta grandisima obra, una más a recomendar y no olvidar de la carrera del menudo Wilder. Como curiosidad final, apuntar que Tyrone Power, falleció solo un año después de rodar "Testigo de Cargo", en el trancurso de otro rodaje.
Pedazo de obra maestra...
Es una pena que su edición en dvd no contenga subtítulos en castellano. Otra injusticia más.
Lamentablemente no es el único caso. ¿Acaso pretenden que aprendamos todos un perfecto inglés para entender las indirectas de Sir. Charles Laughton, por ejemplo?.
Seria mucho más facil el procurar cuidar las ediciones de muchos grandes clásicos.
Está todo dicho con una sola palabra: Wilder. Maravillosa, como casi toda su filmografía.
Por cierto, yo me negué a comprar la edición española en DVD y, por sólo 6 euros, la conseguí de una tienda de Internet en Canadá. Editada igualmente por la MGM...¡y con subtítulos en castellano!
Lo que digo (y con perdón): ¡mandan cojones!
Quite agreed.