Identificar gran parte de la filmografía de Roman Polanski en “El Escritor” no es tarea complicada. La última y dificultosa cinta del cineasta franco-polaco es un buen compendio de su obra y casualmente un reflejo de sus incidentes personales más recientes, porque ¿qué es el personaje de Ewan Mcgregor sino un personaje emboscado y encarcelado?.
“El Escritor” es la historia de Adam Lang (Pierce Brosnan), un sosias de Tony Blair, con gran interés en escribir sus memorias que puedan limpiar su imagen socialmente marcada. Para ello recurrirá a los servicios de un “negro” (Ewan Mcgregor) que haga la veces de escritor, sustituyendo al anterior que llevó a cabo esta tarea y que murió en extrañas circunstancias.
Basándose en la novela de Robert Harris, Polanski hace suyo este thriller político con mucho de cine negro e intriga y muy poco de política, utilizando como arma principal un potente Mcguffin como es la escritura de las citadas memorias, lo cual junto al tono eminentemente en suspenso convierten a “El Escritor” en un film cercano al cine de espionaje hitchcockiano.
No obstante las principales referencias de la película son las que el propio Polanski ha ido diseñado a lo largo de su carrera; de este modo encontramos a un personaje que se adentra en una espiral obsesiva al reemplazar en el puesto a un fallecido, tal y como ocurría con el personaje principal de “El quimérico inquilino”, una dirección artística que recuerda a la de “La Muerte y la Doncella” con gran protagonismo del mar y las inclemencias meteorológicas, o algunos momentos (ese jardinero recogiendo las hojas en mitad del vendaval, esa aparición de Eli Wallach) que refuerzan la opresiva y extraña atmósfera que sobrevuela toda la película y que rememoran a los films más terroríficos del director.
Es la realización de Polanski, galardonada con el Oso de Plata en Berlín, la que convierte a este thriller de argumento no excesivamente original, en un producto hipnótico, misterioso, lleno de pulso y carácter, con un buen casting (¿alguien esperaba el cameo de James Belushi?) y una gran partitura de Alexandre Desplat, que fortalecen el conjunto y convierten a “El Escritor” en una notable y redonda (atención a su elegante fuera de campo final) película, que ocuparía un puesto interesante dentro de la filmografía de su autor, especialmente si nos atenemos a las circunstancias que rodearon a su postproducción con la finalización de la cinta durante el periodo en la prisión suiza de Roman Polanski.
Excelente película. Otra obra maestra a la lista de Polanski, homenaje a Hitchcok, como dicen muchas críticas, pero sin perder el inconfundible sello de la casa.
Saludos.