JUGAR A SER DIRECTOR HINDÚ

Amenabar, Sánchez Arévalo y cia. han jugado a ser M.Night Shyamalan con “El Mal Ajeno” debut en la dirección de Oskar Santos, director con largo recorrido en el campo de los cortometrajes que bajo el apadrinamiento del director de “Ágora” ha podido disfrutar de unas excelentes condiciones para una primera película que muchos directores noveles querrian para sí.

Una cuidada fotografía, potentes nombres en el reparto y el guionista “estrella” del cine español actual para una causa común; rodar un producto con envoltorio propio del cine americano y con atractivo suficiente para llegar al espectador nacional y a su consiguiente taquilla.

Sin embargo el espectador un poco perspicaz no caerá en la trampa. “El Mal Ajeno” es una, por momentos, hábil mezcla de ideas que han triunfado en el cine y la televisión reciente (desde “El Protegido” hasta “Pushing Daisies”) pero donde el batiburrillo de descaradas referencias no acaba siendo su mayor problema y si la incapacidad para alternar los géneros y ordenar subtramas así como la sensación de pretenciosidad que desprenden algunos de sus pasajes.

Diego (Eduardo Noriega) es médico de la Unidad de Dolor de un hospital de la capital. Tras el intento de suicidio de Sara (Angie Cepeda), una de sus pacientes, se verá implicado en un altercado con Armand, el compañero sentimental de esta y tras el cual la existencia de Diego cambiará.

Es Eduardo Noriega quien lleva el peso principal de la película en su más esforzada interpretación hasta la fecha, una especie de Jack Shepard madrileño tan atormentado y autoexigente como aquel y sobre el cual confluyen con desigual fortuna todos los personajes (demasiados) de las distintas tramas (demasiadas) que plantea “El Mal Ajeno”. En especial las historias protagonizadas por los “engoyados” Belen Rueda y José Ángel Egido quedan poco o nada desarrolladas en beneficio de la carga dramática impuesta constantemente al doctor protagonista, algo llamativo teniendo en cuenta que la actriz de “Mar Adentro” es uno de los principales reclamos de la película.

“El Mal Ajeno” peca de trascendencia (empezando por su casting) y sus vergüenzas quedan al aire con la incapacidad del guión de Arévalo a la hora de encajar los géneros, especialmente en el campo del thriller, y de dar una finalización a los múltiples secundarios insertados (desde Clara Lago a Luis Callejo pasando por Angie Cepeda) así como también por la pérdida de fuelle de la dirección de Santos conforme avanza el metraje de la cinta; en ocasiones excesivamente referencial como ese descubrimiento de Noriega en los pasillos del hospital al más puro estilo Bruce Willis en “El Protegido” y sobre todo llena de altibajos en su ritmo.

Habra que esperar al segundo trabajo de Santos para comprobar si su talento visual, probablemente lo mejor de su cinta debut, y que ya demostró en su carrera en el cortometraje, no sólo está al servicio del dinero empleado y las altas pretensiones del conjunto.