10 de junio de 2011


Una pareja con niños cambia de hogar. Se instalan en una vivienda unifamiliar en un barrio residencial. A la segunda noche los utensilios del hogar empiezan a cambiar de lugar, las puertas y ventanas se abren y se cierran solas. La madre ve presencias extrañas. Unos de los hijos lleva el pelo “al cazo”. Ya sabemos lo que va a pasar.


Al contrario que con su primera incursión en el terror, “Saw”, James Wan no inventa absolutamente nada nuevo con “Insidious”, enésima película de casas encantadas escrita junto a su inseparable Leigh Whannell.
Dueña de una naturaleza poco renovadora y si muy reverencial a clásicos como “Poltergeist” de Tobe Hooper (o ¿deberíamos decir de Spielberg?), Wan ofrece una narración manida pero siempre efectiva donde golpes de sonido, presencias oscuras y buhardillas ocultas tienen el protagonismo. Wan echa mano de su buen pulso narrativo (vean “Sentencia de muerte”) y logra así una divertida muestra de suspense con toques de drama familiar que introduce meticulosamente todas y cada una de las piezas (mediums, fantasmas, armarios) obligadas por este subgénero reiterativo, en efecto, pero todavía capaz de hechizar al espectador.



Sin embargo ese hechizo se transforma en asombro cuando Wan y Whanell dan un paso adelante, convirtiendo lo que era una película de casas encantadas en otra cosa bien diferente e indescriptible. Dos películas en una donde la primera mitad apuesta por el suspense contenido, psicológico y nada truculento, para transformarse en su parte final en un viaje por un túnel del terror propio de una atracción feria, guiñolesco, desbocado y alucinado. Difícil tarea tendrá el espectador a la hora de elegir si seguir creyendo en el surrealista universo de espíritus atrapados planteado por los guionistas o por el contrario entender este giro argumental tan brusco y disparatado con reminiscencias a “El laberinto del fauno” como algo meramente cómico con demonios indefinidos, flashbacks inapropiados y desenlaces presuntuosamente abiertos.




De haber sido una decente muestra de terror clásico, “Insidious” acaba por ser un desproporcionado y desdibujado ejemplo de cine paranormal, a pesar de lo cual, su gran rentabilidad en taquilla puede garantizar a Wan otra franquicia de terror con lo que seguir viviendo de esto.

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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

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