Jaume Balaguero se ha mudado de residencia. Sin salir del Eixample barcelonés, Balagueró abandona el edificio en cuarentena donde vivía la aterradora “Niña Medeiros” en “REC” para ocupar un añejo bloque de viviendas en el que trabaja como portero de edificio un ser gris y taciturno que responde al nombre de Cesar. Nuevos vecinos, nuevos monstruos. Con esta mudanza, el director catalán cambia, al tiempo, de registro, dejando a un lado el terror paranormal y pandémico ofreciendo una historia de angustia cotidiana repleta de cinismo, perversión y dosis de suspense.
Ésta es “Mientras Duermes”, un nuevo acercamiento de Balagueró a su constante preferida; los microcosmos surgidos de la coexistencia entre los diferentes individuos de habitan un mismo inmueble en situaciones (más o menos) límite. Y en ella un personaje sobre el que fija su mirada haciéndonos participes en primera persona de sus actos, siempre depravados, lascivos y malintencionados. Cesar, compuesto a la perfección por el siempre intachable Luis Tosar, elabora su retorcido plan de acoso sobre su vecina más sonriente (Marta Etura) para gozo del prisma de Balagueró que disfruta con todos y cada uno de los inmorales movimientos de su personaje y de las situaciones que provocan sus actos y para incomodidad de un espectador que aunque sufre por la victima no puede evitar sentirse cómplice de las acciones del protagonista.
Es “Mientras Duermes” una película que se contagia de la minuciosidad de su personaje principal, siendo cuidadosa de no cometer errores en su relato (buen guión de Alberto Marini) que puedan malograr el interés del espectador. Balagueró se contiene contra pronóstico en su narración dedicando su esfuerzo en exprimir al detalle la cara más oscura de Cesar y su rutina diaria como portero del edificio. No hay un ápice de terror efectista o suspense barato (véase "La víctima perfecta", historia muy símilar a esta) sólo un desarrollo in crescendo capaz de detenerse en las relaciones interpersonales de los vecinos del edificio y avanzar en las nocturnas visitas del psicópata social al que encarna Tosar.
Como si el director de "Los sin nombre" hubiese tomado buena nota de la manera de intensificar el suspense de Hitchcock, "Mientras Duermes" va encajando sus piezas conforme transcurre su metraje, conviertiendose en un ejemplar ejercicio de género en el que la ansiedad y la intranquilidad acaban por desatarse en un climax final que dota de sentido al psicótico comportamiento de un villano a la altura de los mejores que haya tenido el cine español y que toma la infelicidad como excusa para desarrollar su maldad patológica.
"Mientras duermes", entretenidísma, cruel y muy cínica es probablemente la película mas madura de su director y un nuevo ejemplo de sus grandes capacidades para el cine de terror y/o suspense. A buen seguro, mirarás dos veces bajo la cama y desconfiarás de tu portero, (si es que todavía hay uno en tu bloque) cuando hayas visto "Mientras duermes".
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