1. LA PIEL QUE HABITO: “La piel que habito” era una obra valiente, temeraria, desbordante, retorcida, extravagante, bizarra, que caminaba siempre en esa delgada línea que separa lo genial de lo ridículo y que era dueña de una enorme capacidad para generar el caos y la atracción a partes iguales hasta perturbar los sentidos del espectador. Mezcla de géneros inusuales para el manchego, es sin duda su película más arriesgada donde el director de “Hable con ella” alcanza el súmmum de su expresión visual confirmándolo como uno de los grandes de la realización cinematográfica al tiempo que marca taxativa y definitivamente sus señas de autor para regocijo o desesperación del espectador. Una obra singular de un cineasta inimitable.
2. CISNE NEGRO: Da igual la profesión, Darren Aronofsky, se está conviertiendo en el mejor retratista de las obsesiones, ambiciones e inseguridades de sus personajes, ya sean bailarinas, luchadores de wrestling o matemáticos. En “Cisne Negro”, el realizador llevaba al extremo físico y mental el ansía de perfección de una inconmensurable Natalie Portman en un título con ecos del cine de Polanski, que proporcionó, por fín, un merecido Oscar a la protagonista de “Beautiful Girls”.
3. MEDIANOCHE EN PARIS: ¿Quién dijo que Woody estaba atrapado en la repetición de ideas?. El neoyorkino se sacó de la manga este encantador homenaje a la ciudad de Paris y la cultura universal con el enorme sentido del humor e ingenio al que nos acostumbró con películas como “La rosa púrpura del Cairo” o “La maldición del Escorpión de Jade”. Un desfile de genios artísticos de la mano de otro genio, en este caso del séptimo arte para la más ocurrente cinta de Allen en años.
4. HANNAH: Película con clara vocación de culto, de singular atmósfera impregnada de ciencia ficción, thriller europeo y estética de los 70 con aires de cuento tradicional, Hannah es, sin duda, la idea más abstracta y deliciosamente loca de este 2011. Un sorprendente cambio de registro para el habitualmente clásico Joe Wright (“Expiación”) que nos dejaba algunos planos secuencia marca de la casa y una música francamente pegadiza de, nada más y nada menos, que los Chemical Brothers. Rara, si, pero llena de personalidad.
5. EL ARBOL DE LA VIDA: Película contemplativa, filosófica, trascendental , metafísica y naturista, donde tan pronto se habla de la creación como de religión, se observan dinosaurios como imágenes de accidentes geográficos. “El árbol de la vida” no era, precisamente, una película fácil. Una obra, por momentos, suicida, a ratos, tocada por la varita de la genialidad pero sobre todo única en su especie. Su singular montaje de miradas humanas, pequeños detalles y texturas cotidianas, y su discurso sobre el amor, los sentidos, la protección, la autoridad y la esperanza cautiva y toca la fibra del espectador tanto como desconcierto su discurso cósmico, microscópico y ateo.
6. MÁS ALLA DE LA VIDA: El cine de componente sobrenatural encontró en Clint Eastwood el autor perfecto para desarrollar su vertiente más drámatica. Sin fantasmas que asusten, sin golpes de efecto, sin gritos en la noche, Eastwood habló de la carga de un médium, de las experiencias traumáticas con la muerte y de la perdida de una manera absolutamente natural y como siempre, con una elegancia solo apta para directores de su talla. Tres historias independientes que acabarán encontrandose y en cada una de las cuales Eastwood deja momentos para el recuerdo, un tsunami sobrecogedor, una secuencia de cocina preciosa y una explosión en el metro son imágenes para redondear aún más la carrera de un creador único.
7. EN UN MUNDO MEJOR: Varias han sido las películas que en los últimos años han hablado de la violencia infantil y el enfretamiento adulto hacía el problema. Desde “La cinta blanca” hasta “Un dios salvaje” pasando por “En un mundo mejor” la cinta danesa ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa y dirigida Susanne Bier, la cual desde un suceso aislado protagonizado por niños genera suficientes preguntas y situaciones mayores como las relaciones paterno-filiales, la incomunicación, el dolor, el acoso escolar, la violencia y la ética e incluso las diferencias entre el Primer y Tercer Mundo. Una película completa y real.
8. SUPER 8: Solo JJ.Abrams podía hacer una película “calco” del cine familiar de los 80 y salir triunfante. “Super 8” no es nada que no hubiésemos visto antes, pero si algo que llevabamos tiempo sin ver, lo cual permite que aflore la nostalgia y el recuerdo entre el espectador. En ello radica el triunfo de este título deudor del cine spielbergiano de los 80 cuyo mayor logro está en la perfecta recreación de la manera de hacer cine de aquel tiempo, destellos de luz en el objetivo, mirada y protagonismo infantil, música “johnwillianizada” y granulado en la fotografía incluidos. Un viaje en el tiempo a nuestra más entrañable infancia.
9. CONTAGIO: No tuvo que recurrir Steven Soderbergh a zombies o infectados violentos para describir una desoladora y alarmante situación de pandemia mundial capaz de generar escalofríos. Con grandes dosis de realismo y un sólido reparto en el que figuraban Kate Winslet, Jude Law, Marion Cotillard o Matt Damon el director de “Traffic” realizó algo así como una versión no oficial y aumentada de las consecuencias de la Gripe A moviendo su cámara con energía e inteligencia entre continentes y dejándonos una sensación de fragilidad del ser humano como pocas películas consiguen.
10. CODIGO FUENTE: Ecos de “12 monos”, de la literatura de Philip K. Dick, espejismos de “El chip prodigioso” y los más visibles a “Atrapado en el tiempo” se daban la mano para deleite del fan de la ciencia ficción en “Código Fuente” un producto de genero altamente entretenido, modesto y con un bello final que convierten al segundo trabajo de Duncan Jones (“Moon”) en una de esas pequeñas muestras de cine fantástico que de vez en cuando es agradable encontrar.
Echo de menos Un dios salvaje ;)