20 de febrero de 2012



Comenzaba con armonía y gracia la 26 ceremonia de entrega de los Premios Goya. Eva Hache, maestra de ceremonias, dejaba momentáneamente de lado lo estático de sus habituales monólogos para bailar, cantar y hacer cantar. Hasta el propio Almodóvar llegó a entonar unas notas algo que no escuchábamos desde tiempos de McNamara. El manchego era, sin duda, uno de los grandes protagonistas de la velada, gracias a las 16 candidaturas de su película, “La piel que habito” y a su reincorporación a la Academia y por ende, a la gala. Más tarde se convertiría en uno de los perdedores de la noche en beneficio de Enrique Urbizu y su "No habrá paz para los malvados".

Con nuevos cargos atentos en el patio de butacas (Gonzalez Macho, Wert, Etura y Colell) a los chistes de Hache (que se repartieron entre juegos de palabras y alusiones a la crisis económica) fue la reaparición de Silvia Abascal la primera gran sorpresa de los Goya. La muy recuperada y emocionada actriz agradeció las muestras de ánimo de sus compañeros de oficio (vimos llorar a Juanjo Artero) para posteriormente entregar el primer premio de la noche, el de Mejor Actor Secundario a Lluis Homar por “Eva”, primera vez nominado a pesar de su omnipresencia en pantalla, el cual alargó su agradecimiento hasta el extremo de hacer tambalear la mejoría física de Abascal.

Acto seguido, Carlos Areces y Gorka Otxoa entregaron los premios de cortometraje, donde el primero sentenció - “Puedo hacer cine sin enseñar el ojete” y el segundo se equivocó, tónica general de todos aquellos que subieron a presentar un galardón (especial mención a Nadia de Santiago y su Michel Hananabatius) y mal endémico de las galas de la Academia como ésta bien se encargo de recordar con un montaje más que apropiado.

El tempranero premio de Montaje a “No habrá paz para los malvados” fue un claro indicio de hacía el lado en que iban a decantarse los premios Goya, los cuales fueron repartiendo estatuillas equitativamente entre el selecto número de películas nominadas;técnicos para “Blackthorn”, estilísticos para “La piel que habito” e importantes para la película protagonizada por el veterano Santos Trinidad.

Flanqueado por sus dos vicepresidentas, Marta Etura y Judith Colell, salió Enrique González Macho a recitar el discurso habitual del presidente de la Academia, poco trascendente y vacuo en su fondo y con algún que otro dardo envenenado para “algunos seguidores de Internet”. Alex de la Iglesia, en primera fila junto a Salma Hayek, escuchaba cuidadosa e imperturbablemente las palabras de Macho, paradójicamente creador de la plataforma de cine en internet Filmin.


Pero lo peor estaba por llegar. Alrededor de las 23:09 de la noche aparecía en escena “El Langui” para representar el momento de mayor bochorno de la noche. Rapeando estribillos como “si no te dan el Goya no te chines” o “el patio de butacas dice ciiiine”, dejó perplejos a los asistentes de la gala (puedo imaginar la cara de Melanie Griffith) y a los humildes televidentes. Juan Diego con collar de oro incluido, Javier Gutiérrez, Tito Valverde y un Antonio Resines que no se aprendió la letra porque no quiso, se unieron para rematar el número hasta convertirlo en algo indecoroso. Suerte que sólo instantes después, el debutante Kike Maillo, al cual le costaba sobrellevar las lágrimas cada vez que su película “Eva” aparecía en escena, subió a recoger el premio a la Dirección Novel, dejando el mejor discurso de esta edición donde no faltaron elegantes reivindicaciones para los niños actores, la educación pública o, incluso, para un Pedro Almodovar que acababa de sufrir el importante revés de perder el premio a Mejor Guión Adaptado. La Academia sorprendió otorgando a “Arrugas” la adaptación del comic de Paco Roca, este merecido y valiente Goya que servía además para romper prejuicios sobre la producción animada española, aunque la impresión general fue que la Academia sabe darle a Almodovar donde más le duele.

Sin premio de guión y con la casi certeza de quedarse sin Goya de Dirección, Almodovar, oculto tras sus gafas de sol vió como una chica Almodovar, Victoria Abril, daba el Goya a Mejor Actriz a otra chica Almodovar, Elena Anaya. Premio cantado y muy merecido para la actriz de “La piel que habito” que pronunció obligados agradecimientos a todo el reparto y a sus compañeras de candidatura y que cerró así el reparto de premios interpretativos femeninos de la noche que previamente habían conseguido Ana Wagener y Maria León, ambas por “La voz dormida” de Benito Zambrano.

En estas, la irrupción de Santiago Segura supuso un soplo de aire fresco para la gala. Entonado, inspirado y divertido, Segura sacó a relucir las vergüenzas de académicos y nominados adjudicándose para sí los minutos más divertidos de la gala y postulándose de cara a una próxima presentación de la ceremonia.

Hubo sorpresa (acertada) con el Goya a Mejor Actor Revelación para Jan Cornet por “La piel que habito”, lógica con el de Mejor Película Animada para “Arrugas” y cuota política con el Goya a Mejor Documental para “Escuchando al juez Garzón”. Isabel Coixet enfundada de gótica volvió a protagonizar un momento para la historia de los Goya cuando se encontró acompañada en el escenario por un espontaneo que respondía al nombre de “El muletilla” y que reivindicaba el western extremeño (WTF!). El grupo “Anonymous” estaba detrás de esta aparición al igual que los responsables de seguridad estaban detrás (del escenario) sumidos en el más profundo letargo.

Aunque la máscara de “V de Vendetta” volvió a hacer acto de presencia no empaño los premios más importantes (y a esas alturas cantados) de la noche. José Coronado gritó “rock´n roll” al subir a abrazar su ansiado premio Goya que consigue habiendo encarnado a un personaje con tanta personalidad como su nombre, Santos Trinidad. Batió, nada más y nada menos que a Daniel Bruhl, Antonio Banderas y Luis Tosar. Enrique Urbizu, por su parte, encontraba el reconocimiento a una carrera que el año pasado recibió Agustí Villaronga, con el Goya a la Mejor Dirección, y por supuesto el premio a Mejor Película coronó a “No habrá paz para los malvados” como la gran triunfadora, con un total de 6 estatuillas, de la 26 edición de unos premios Goya que todavía buscan una identidad definida que la acerque a los nuevos tiempos y espectadores.

Lista de ganadores,aquí.
Mejores y peores vestidas, aquí.
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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

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