Parece que fue ayer, pero han pasado diez años desde la
última vez que Will Smith y Tommy Lee Jones se enfundaron en su traje negro y
se rodearon de estrambóticos y vicosos extraterrestres. La secuela de “Men in
Black” evidenció síntomas de agotamiento o más bien, escasez de ideas, y quizás
por eso fue una inteligente idea parar la producción de entregas y dejar pasar
el tiempo.
En este parentesis Tommy Lee Jones ha envejecido hasta aumentar
su cara de agente K y Will Smith se ha dedicado a firmar un par de grandes
producciones y a dedicarse a su familia y a Pablo Motos. A nosotros nos ha permitido
llegar a echar de menos el humor de Smith y su compañía marciana.
“Men in Black 3” vuelve ahora con mayor energía combinando el
humor fácil de sus primeras entregas con la herencia espacio temporal que la
serie “Lost” ha dejado, en una divertida y ligera entrega que cuenta con el mejor
villano de la saga, Boris el animal, encarnado por el Conchord, Jemaine
Clements, y alguna que otra idea renovada gracias al guión de Etan Cohen (nada que ver con
los hermanos Coen).
Con un excelente arranque protagonizado por el peligroso
Boris y Nicole Scherzinger (AKA, la novia de Lewis Hamilton) que quedará comprometido por un par de chistes posteriores un tanto avergonzantes (Emma
Thompson emitiendo ruidos), es el preciso momento en que “Men in Black 3” decide
remontarse hasta 1969 para conocer a un joven K, encarnado con gran economía de
gestos por Josh Brolin, cuando la película empieza a jugar su mejores bazas.
Este salto (literal) en el tiempo ofrece a la película la posibilidad de
mostrar una buena ambientación, introducir algún cameo estelar (Will Arnet,
Bill Hader) y aprovechar el siempre resultón efecto de viajar al pasado. El director Barry Sonnenfeld realiza una pequeña radiografía cultural de la época, donde las
diferencias raciales, los hippies o el auge de la moda y el glamour o la
llegada del hombre a la Luna, son apuntados con mayor o menor relevancia en
mitad de la persecución de bogloditas y extraterrestres varios, hasta componer
una película agradable y entretenida pero incapaz de alcanzar el nivel de su
película original.
Habiendo superando con creces a la segunda parte de la saga, “Men in Black 3” se guarda un as en la manga, el de la emotividad que siempre ofrece un viaje al pasado y que haría de su parte final un bonito colofón a una trilogía completa. Un cierre de trilogía que no parece que vaya a ser realidad puesto que el bueno de Smith ya anda pensando en continuar una saga que tiene en la creatividad de Rick Baker y sus criaturas y el sentido del humor de Will Smith sus puntos fuertes.
Gracias por el artículo!! esta misma noche me voy a verla!
un saludo desde Colgados