25 de junio de 2012


Alguien dijo una vez; “las diversas edades del hombre no son más que diversos tipos de niñez”. De ser un niño y jugar a ser adulto y ser un adulto tan ingenuo como un niño habla Wes Anderson en “Moonrise Kingdom” su nuevo ejercicio de estilo y creatividad con el que inaugurase el festival de Cannes entre aplausos. 

Tras elaborar un divertidisimo stop-motion de zorros que tenian voz de George Clooney en “Fantastic Mr. Fox”, Anderson vuelve a su luminosa acción real para, junto a Roman Coppola (con el que ya escribiese “Viaje a Darjeeling”) transportarnos a una isla idílica que servirá como emplazamiento romántico para los inadaptados Sam y Suzy (excelente casting el de ambos), un joven scout huérfano y la hija de una familia totalmente disfuncional, que no dudan en dejar atrás su rutina para emprender una huida de descubrimiento y complicidad.

Anderson vuelve a rodearse de un reparto estelar dentro de personajes excéntricos e inusitados, a jugar con el lenguaje (esas apariciones de un Cousteauziado Bob Balaban) y a integrar elementos que cobrarán un protagonismo principal en la trama (unos prismáticos, un tocadiscos del que no para de sonar Henry Purcell, una mochila cargada de intenciones, etc.). Iniciada con dos planos secuencias singulares con los que Anderson describe en apenas un par de minutos las peculiares existencias de la familia de Suzy y un campamento scout liderado por un distraído Edward Norton, “Moonrise Kingdom” da paso rápidamente a la escapada nostálgica e inocente de los dos adolescentes y a su consiguiente y más ingenua si cabe, búsqueda por parte del policía del pueblo y sus familias respectivas.

El realizador deja vía libre para que Suzy y Sam sean los que aporten la ternura a la propia historia de amor que protagonizan. Este despertar romántico preadolescente hace de “Moonrise Kingdom” una potente y conmovedora fábula sobre el poder del amor que encuentra su contrapunto con el desencanto adulto de las relaciones que mantienen Bruce Willis (un John Mclane de pueblo, poco espabilado y nada sagaz) Frances McDormand y Bill Murray, y su cumbre, en ese primer beso en la playa con Francoise Hardy sonando de fondo.


Llena de color y positividad, “Moonrise Kingdom” es tan extraordinaria y distinta como algunos de sus anteriores trabajos (“Los Tenenbaums”) pero, en esta ocasión, su potente factura formal no se ve obstruida por la extravangancia de su fondo sino más bien todo lo contrario, “Moonrise Kingdom” bien puede instalarse como una de las más lucidas y bonitas historias sobre el amor en tiempos de pubertad.
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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

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