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8 de febrero de 2015
29 PREMIOS GOYA: MÁXIMA ISLA MÍNIMA

La pasada edición del Festival de San Sebastián definió las dos películas que lucharían por triunfar en la vigesimonovena edición de los Premio Goya. “Magical Girl” de Carlos Vermut ganaba la Concha de Oro a la Mejor Película y la de Plata a Mejor Director. “La isla mínima” figuró en las quinielas hasta el último momento como posible ganadora y finalmente se hizo con los premios a Mejor Actor (Javier Gutiérrez) y Mejor Fotografía. Las posteriores nominaciones a los Goya concretaron favoritismos; 17 nominaciones para la película de Alberto Rodríguez por las 7 de “Magical Girl”, aunque todas ellas en categorías de máximo interés. A diferencia del jurado de Donostia, la Academia de cine español acabó decantando la balanza hacia el lado de la película de las marismas andaluzas, dando, a la postre, excesiva poca cancha al singular trabajo de Vermut. 

Comenzó la gala, dirigida por Juan Luis Iborra y presentada por Dani Rovira, con un sobresaliente montaje de imágenes de grandes títulos del cine español que, sin embargo, no encontró el equilibrio que merecía en las interpretaciones musicales que lo acompañaban. Juntar la voz de Ana Belén con la de Eduardo Noriega, ver en escena a Fran Perea junto a Hugo Silva o a la casi nonagenaria Asunción Balaguer intentando seguir la letra del tema fueron decisiones equivocadas que deslucieron un trabajo de edición que convendría ver aisladamente. 

En esos instantes apareció Rovira en el escenario, debutando como maestro de ceremonias. Su inicio fue vociferante, preso de los nervios, pero poco a poco fue ganando en confianza. Tuteó al ministro Wert, bromeó con la estatura de Javier Gutiérrez, comparó su carrera cinematográfica con la de José Sacristán, se permitió un guiño íntimo "Este año en las candidaturas hay una ausencia clara", aludiendo a la ausencia de su pareja, Clara Lago, en las nominaciones y acabó recitando con seguridad un frenético discurso en apenas 1 minuto de tiempo que elevó el balance final de su labor como presentador, la cual fue bastante competente cuanto más se alejó de sus habituales chistes típicos y fáciles, algo que no rehusó hacer. 

La isla mínima, victoriosa desde el comienzo

Hechas las presentaciones de rigor, el primer premio de la noche lo entregaron Jordi Molla y la que fuera Ministra de Cultura y Presidenta de la Academia de Cine, Ángeles González Sinde, que coló una mención futbolística y colchonera que sólo Enrique Cerezo, en el patio de butacas, debió aplaudir. La película polaca de Pavel Pawlikowski, “Ida” resultaba ganadora del Goya a la Mejor Película Europea en ese primer galardón del 2014. 

El reparto de premios que vino a continuación fue apresurado, como si no fuese Sábado noche y hubiese que madrugar al día siguiente. El terror gótico de “Musarañas” ganó el premio a Mejor Maquillaje mientras que “La isla mínima” ganaba los Goya a Mejor Vestuario, Montaje y Dirección Artística, así como el de Mejor Actriz Revelación para Nerea Barros, que no era más favorita que Natalia Tena (“10.000 Km”), Ingrid García-Johnsson (“Hermosa Juventud”) o Yolanda Ramos (“Carmina y amén”) pero que con su galardón venía a confirmar que la noche podía resultar un paseo militar para “La isla mínima”. Barros, muy emocionada, se permitió un respiro para llorar y poder así pronunciar su discurso de agradecimiento. 

La premura en el reparto de premios se detuvo violentamente con la irrupción en el escenario de un bailarín de claqué, que campó a sus anchas durante un par de minutos hasta que Adrian Lastra y el propio Dani Rovira decidieron acompañarlo en sus pasos de baile. Finalizado el número, Dafne Fernández salió a escena para reconocer que el número musical que protagonizó en la pasada ceremonia de los Goya fue el peor de la historia de estos premios, sin ser consciente que gracias a ese baile de claqué, acababa de producirse el relevo en ese dudoso honor. 

Dafne Fernández y Adrián Lastra fueron los que, precisamente, entregaron el premio a Mejor Sonido, que supuso el primer premio de la noche para la película de Daniel Monzón, “El Niño”, que de sus dieciséis candidaturas acabaría logrando cuatro Goyas, el citado de Mejor Sonido, Dirección de producción, Efectos especiales y Canción, “Niño sin miedo” para India Martínez. 

Un reencuentro, el de Eduardo Noriega y Ana Torrent, casi 20 años después de “Tesis” sirvió para dar paso a uno de los premios más incontestables de la noche, el de Mejor Fotografía para Alex Catalán por “La isla mínima”. Un trabajo que junto a la también, justamente, premiada música de Julio de la Rosa, es indispensable en la sobresaliente y turbadora atmósfera de “La isla mínima”, elemento clave del éxito de la película de Alberto Rodríguez. 

Aunque dimitiese de su cargo tras la pasada edición de los Goya, Enrique González Macho, volvió a figurar como candidato y a salir elegido como Presidente de la Academia el pasado mes de Mayo. En su discurso repitió manifestaciones de otros años; "Ya va siendo hora de que nos bajen el maldito IVA" y presumió de los logros recaudatorios del cine español de 2014, para finalmente encumbrar a la figura de Asunción Balaguer. El líder de la oposición, Pedro Sánchez, sentado en el Auditorio, se apresuró en ese preciso instante a hacer campaña y prometer la bajada del IVA cultural al 5%. A su vez, Dani Rovira comparó, en calzoncillos, el físico de González Macho con el de Francis Ford Coppola y Arias Cañete para cerrar el tradicional discurso, que siempre acaba dejando algún titular de carácter político. 

Dicen que no hay pena sin ley, como tampoco hay ceremonia de los Goya en la que los presentadores de un premio se den un morreo gratuito. Lo que hace unos años fuese una constante de la gala, este año estuvo protagonizado por Rossy de Palma que plantó un beso al modelo Jon Kortajarena y al director Jorge Torregrosa, antes de pasar a presentar los premios a los Cortometrajes que ganaron “Café para llevar” (Ficción), “Walls” (Documental) y “Juan y la Nube” (Animación). 
El momento Antonio Banderas

Y entonces apareció Pedro Almodovar, cuya presencia para entregar del Premio Honorífico había sido la única condición exigida por Antonio Banderas para aceptar el Goya de Honor. Almodovar saludó a los amigos de la cultura y del cine español (“Señor Wert, usted no está entre ellos”, puntualizó) y recordó la trayectoria y elogió a la figura del actor malagueño con el que ha trabajado en cinco ocasiones, fundiéndose con él en un abrazo antes de que éste pasase a pronunciar su extenso pero apasionado y sentido discurso de agradecimiento, el cual comenzó con una anécdota protagonizada por la cantante Taylor Swift y finalizó dedicando el premio entre lágrimas a su hija Stella del Carmen. Entre medias, una defensa de la profesión, un recuerdo a los inicios de su carrera, una declaración de amor a España, el agradecimiento a Hollywood y una reivindicación de su propia figura, llegando a poner en duda la conveniencia de un premio honorífico a estas alturas de su carrera: “No sé si este premio me llega cuando me tiene que llegar o si lo merezco”, “Ahora empieza la segunda parte del partido de mi vida”. Un discurso poderoso. 

Banderas comenzaría esa “segunda parte del partido de su vida” atacando, y como si hubiera interiorizado a la perfección el sermón sobre “el actor adaptándose a los nuevos tiempos que corren” que le dedica Emma Stone a Michael Keaton en “Birdman”, inauguró cuenta en Twitter apenas unos segundos después de recibir el Goya. 35.000 seguidores en sólo unas horas y varios selfies con pulso no demasiado firme presidieron su debut en las redes. 

Tras el momento de gloria para Antonio Banderas, la ceremonia volvió a coger buen ritmo en la entrega de premios. Carlos Marqués Marcet ganaba el galardón a Mejor Dirección Revelación por su película “10.000 km”, en el único Goya de la velada para ella de entre las tres candidaturas a las que optaba. A su vez, Carmen Machi ganaba el primer Goya de su carrera en la categoría de Mejor Actriz Secundaria por “Ocho apellidos vascos”, película que, a la postre, otorgaría premios a todos sus intérpretes nominados. Machi se acordó en sus palabras de agradecimiento de la recientemente fallecida Amparo Baró, con la que coincidió en muchos capítulos de la serie “7 vidas”. Karra Elejalde, a su vez, lograba el segundo Goya de su carrera tras el conseguido por “También la lluvia”, siendo más escueto en su agradecimiento del Goya recibido por la película de Iciar Bollaín. La elección de Elejalde dejó sin premio a su máximo rival en la categoría de Mejor Actor Secundario, José Sacristán por “Magical Girl”, que hubiera sido una opción más apropiada. Y es que si José Sacristan está nominado, nunca puede ganar otro actor. 

Rovira y sus motivos para la felicidad

Pero el ritmo volvió a romperse. El hombre orquesta, Alex O´Dogherty (habitual en las últimas galas) hizo uno de los números más delirantes y anticlimáticos que se han podido ver en la historia de los Goya, rematado por la presencia de El Langui, que aplaudió la actuación. Solo faltó Resines cantando el famoso Rap del patio de butacas. La razón de este show era la de preceder a los premios musicales, que como hemos indicado anteriormente fueron a parar a Julio de la Rosa por “La isla mínima” e India Martínez por “El niño”. 

“Yo me quedo la peana, y tú el cabezón” le dijo Dani Rovira a su pareja Clara Lago al recibir el Goya a Mejor Actor Revelación por “Ocho apellidos vascos” (película que de 5 nominaciones ganaría 3 premios). El actor malagueño repitió la jugada de Rosa María Sardá en 2001 y ganó un Goya siendo también presentador de la ceremonia. Noche redonda para Rovira, que con su primer papel en pantalla arrebató el galardón a David Verdaguer, el gran favorito en esta categoría por “10.000 km”. 

Paco Roca y Ángel de la Cruz, los ganadores del Goya al Mejor Guión Adaptado en 2012 por la película “Arrugas” fueron los encargados de nombrar a los dueños de los Goya a los mejores libretos del año. Viendo como estaba transcurriendo la noche, donde “La isla mínima” ya se había hecho con 6 estatuillas, parecía ésta la gran oportunidad para que Carlos Vermut no se fuese de vacío a casa y lograse el premio a Mejor Guión Original por su “Magical Girl”. No fue así. “La isla minima” con guión de Rafael Cobos y el propio Alberto Rodríguez se alzaron con el Goya. Era la cuarta vez que ambos optaban al Goya de Guión tras haber concursado con “7 virgenes”, “After” y “Grupo 7” y la primera en lograrlo. 
Del mismo modo, Javier Fesser, que ya sabía lo que significa triunfar en estos premios gracias a “Camino” en el año 2009, ganó el Goya respectivo a Mejor Guión Adaptado, así como también el de Mejor Película de Animación por “Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo”. 

Llegados a este punto de la noche, sólo quedaban por entregarse los premios más importantes de esta edición, pero la dirección de la gala decidió dilatar la entrega y recargar la ceremonia con nuevos elementos. El cantante flamenco Miguel Poveda interpreto no uno sino dos temas en directo de su nuevo disco (nada que ver con el cine). Incluso, los populares “El Cabesa” y “El Culebra” de “El mundo es nuestro” cantaron una chirigota. Actuaciones más apropiadas para el programa “Noche de Fiesta” que para la retransmisión de los Goya. También dos bloques de “el cine español que viene” con el avance cinematográfico en imágenes del 2015 y el imprescindible “In Memoriam” que este año incluyó a grandes nombres como Alex Angulo, Daniel Dicenta, Dunia Ayaso, Pedro Peña, Roberto Cairo, Peret o la citada Amparo Baró. Con todo, la gala ya había superado las 00:45 de la madrugada, hora inicialmente prevista para su finalización. No sería hasta una hora después cuando terminaría. 

Pedro Almodovar volvió a subir al estrado, esta vez en condición de productor, para recoger junto a Damian Szifrón y compañía el Goya a la Mejor Película Iberoamericana para “Relatos Salvajes”, su único galardón de entre sus 9 candidaturas a las que optaba. Y Francisco Sánchez Varela, hijo de Paco de Lucía recordaba a la desaparecida figura de su padre al recibir en su condición de director, el Goya a Mejor Documental por “Paco de Lucía, la búsqueda”. 
Premios gordos cantados

Sólo restaban los cuatro premios gordos de la noche, y tal y como se había desarrollado el reparto de galardones hasta ese momento, no se preveían giros argumentales que deparasen sorpresas al espectador. De este modo, Pilar López de Ayala y Carmen Elías nombraron a Javier Gutiérrez por “La isla mínima” como Mejor Actor Protagonista, completando así una carrera de premios perfecta que se inició en el Festival de San Sebastián. Por supuesto, Gutiérrez se acordó de su compañero en la práctica totalidad de los planos de la película, Raúl Arévalo, también nominado en esta categoría. 

Un Juan Diego físicamente desmejorado y José Coronado hicieron lo mismo con Barbara Lennie, elegida Mejor Actriz Protagonista por su sobrio papel en “Magical Girl”. La actriz, doblemente nominada en esta edición y que ya estuvo nominada como Actriz Revelación por “Obaba” en 2006 proporcionaba a le película de Carlos Vermut el único Goya de toda la noche y recordaba a los directores que definieron su carrera, Montxo Armendáriz, Isaki Lacuesta, Daniel Monzón y Jonás Trueba que la hizo debutar en “Más pena que gloria”. Elena Anaya, Macarena Gómez y María León, sus rivales, fueron meras espectadoras de su triunfo. 

David Trueba, director ganador de la pasada edición, Alex de la Iglesia y el albaceteño José Luis Cuerda nombraron como “ganador de todo esto” a Alberto Rodríguez por su trabajo en “La isla mínima”. En su tercera nominación a Mejor Director, Rodríguez por fin ganaba el premio por su excelente dominio del thriller en la inquietante película andaluza. 

Era indiscutible que la gran triunfadora de la 29 edición de los Goya fuese “La isla mínima”. Y así fue. Penélope Cruz, poniendo glamour a la gala, se encargó de anunciarlo y de llevar hasta 10 la cifra de galardones obtenidos por la película de Alberto Rodríguez, incontestable ganadora de entre todo el cine español estrenado en 2014. Con esa cifra, "La isla mínima" iguala a 10 premios con "Blancanieves", quedando lejos de las dos máximas premiadas de estos premios, "Ay Carmela!" con 13 Goyas y "Mar Adentro" con 14.

Un año especialmente fructífero para nuestro cine tras haber atravesado un periodo de crisis convulso y complicado y coronado, como era debido, con una gran película. Ahora, el cine español tiene una reválida importante. Confirmar ese buen estado de salud. Reafirmar la confianza depositada por el público y devolverle buenas películas como contraprestación. 
Se podría decir, parafraseando al intenso Antonio Banderas, que ahora empieza “la segunda parte del partido de la vida del cine español”.
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7 de enero de 2015
XXIX PREMIOS GOYA:LOS NOMINADOS

Las cifras hablan por si solas. Datos como los más de 125 millones de euros recaudados o la consecución del 25% de la ansiada cuota de pantalla, han confirmado al año 2014 como el ejercicio más exitoso para el cine español desde hace décadas. Dos de sus películas, “Ocho apellidos vascos” y “El niño” han sido las más vistas por los espectadores españoles en 2014 por delante de títulos norteamericanos como “Maléfica”, “El amanecer del planeta de los simios” o “El lobo de Wall Street”, siendo la recaudación total de nuestro cine casi un 76% mayor que en el año 2013.

Un aspecto, el de la taquilla, que suponía la mayor preocupación para una cinematografía que andaba necesitada del respaldo de la audiencia para poder mantener a flote una industria ya de por sí perjudicada por factores externos como la subida del IVA cultural, la reducción de subvenciones o incluso, el nulo apoyo público de miembros del Gobierno como José Ignacio Wert o Cristobal Montoro.
Es por tanto el 2014 un excelente año para nuestro cine y como tal, esta inercia positiva debe extenderse a la Fiesta del cine español, los Premios Goya, los cuales no tienen la única razón de la taquilla como motivo de festejo, sino también una estupenda cosecha de títulos que las nominaciones a estos premios han sabido reconocer con justicia, otorgando por cuarta vez en su historia (y segunda consecutiva) el honor de competir en la categoría de “Mejor Película” a 5 títulos (y no 4); las dos grandes favoritas al premio, “La isla mínima” y “Magical Girl”, la sorpresa aupada por la crítica, “Loreak”, y dos cintas con el beneplácito del público, “El Niño” y la episodica, “Relatos Salvajes”. Entre ellas estará la gran ganadora de esta XXIX edición de los Premios Goya cuyas candidaturas han sido anunciadas en la mañana del Miércoles 7 de Enero por las actrices Blanca Suarez y Marian Álvarez y el director Kike Maíllo ("Eva"),y las cuales nos arrojan los siguientes detalles:

LOS NÚMEROS

- 17 candidaturas contra 16 candidaturas. O lo que es lo mismo, "La isla mínima" contra "El Niño", las dos máximas nominadas y candidatas en exactamente las mismas categorías con la salvedad de la doble nominación a Mejor Actor para el tandem Gutiérrez-Arévalo en la película de las marismas andaluzas. La película argentina más taquillera en aquel país, pero también española (claro está), "Relatos Salvajes" les sigue con 9 candidaturas, mientras que "Magical Girl" se ha hecho fuerte gracias a sus 7 menciones en las categorías de mayor peso, a excepción de la de Mejor Montaje, pudiendo ser la verdadera gran rival de "La isla mínima".
"Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo" reúne nada más y nada menos que 6 candidaturas, una proeza para tratarse de una cinta animada y la sensación de la taquilla, "Ocho apellidos vascos" se tiene que conformar con 5 posibilidades, de las cuales las de Carmen Machi, Karra Elejalde y Dani Rovira son las de mayor entidad.
La película, "Autómata", producida e interpretada por el Goya de Honor de esta edición, Antonio Banderas, consigue 4 nominaciones, todas ellas de carácter técnico y "Musarañas", "Paco de Lucía, la búsqueda" y la novel "10.000 km" logran 3 candidaturas, siendo esta última película la que debería haber merecido una mayor valoración de la Academia tras haber sido previamente elegida como una de las 3 cintas representantes de España en los Premios Oscar. Y curioso es el caso de "Loreak". De sus 2 únicas nominaciones, una es al premio mayor, el de Mejor Película.

LAS INTERPRETACIONES

- En el apartado de las interpretaciones, "La isla mínima" se lleva la palma con 5 candidaturas,entre las que se encuentran clásicos que nunca fallan, como Antonio de la Torre, nominado a Mejor Actor Secundario en la octava candidatura de su carrera y quinta en las últimas tres ediciones o las obligatorias presencias de Javier Gutiérrez (ganador en San Sebastián) y Raúl Arévalo en Mejor Actor Principal. Nerea Barros figura como Mejor Actriz Revelación y no se explica tanto que hayan nominado como Mejor Actriz Secundaria a Mercedes León, la dueña del caserón de los hechos de la película de Alberto Rodríguez, la cual aparece escasos dos minutos en pantalla, más cuando por su presencia se lamentan ausencias como las de Itziar Aizpuru de "Loreak", la inquietante de Elisabet Gelabert en "Magical Girl" o, porqué no, la de la violenta cocinera Rita Cortese de "Relatos Salvajes". 

"Magical Girl" le sigue de cerca al colocar a 4 de sus actores entre los nominados. Estamos seguros que del triángulo formado por Luis Bermejo-José Sacristán-Barbara Lennie, saldrá, al menos 1 ganador del Goya, que sería el segundo para Sacristan tras el obtenido hace un par de ediciones por "El muerto y ser feliz" y el primero para sus dos compañeros de reparto. Por cierto, Lennie puede ganarlo bien por "Magical Girl" o bien por "El Niño" por la que competirá como Actriz Secundaria.

Otros nombre interpretativos a destacar en esta edición: 

Los noveles Jesus Pastor ("El Niño"), Ingrid García Johnson por "Hermosa juventud" y la excelente pareja formada por Natalia Tena y David Verdaguer en "10.000 km". 
La primera nominación en la carrera de Macarena Gómez (Actriz principal por "Musarañas"), la tercera para una Goya Toledo que suele dar la sorpresa en las nominaciones (a Actriz de Reparto por "Marsella") o la presencia del popularf "bombita" de "Relatos Salvajes", Ricardo Darín, en la categoría de Actor Principal, en detrimento de otros como Luis Tosar por "El Niño". 

LOS DIRECTORES

Nada que no hubiera sido un cuarteto con los directores de las cintas nominadas a Mejor Película hubiera sonado extraño. Carlos Vermut y su mirada de director singular, recientemente galardonado en el Festival de San Sebastián y Alberto Rodríguez, excelente creador de atmósfera y con gran pulso para el thriller, eran presencias innegociables en esta edición de los Goya,en su primera y tercera nominación a Mejor Director, respectivamente. 
A Daniel Monzón, triunfador absoluto cuando concursó con "Celda 211", también se le esperaba, mientras que la última plaza bien podría haber sido para Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, directores de "Loreak" y ampliamente alabados desde el pase de su película en San Sebastián y ya nominados en los Premios Feroz. Sin embargo, esta última cuarta plaza ha sido para Damian Szifrón, el director argentino que maneja con soltura y algo más que oficio los diferentes episodios de "Relatos Salvajes", producida por "El Deseo" de los hermanos Almodovar.
Parecen lógicas las elecciones de esta categoría, como lógicas son las de la categoría de Mejor Dirección Novel; Carlos Marqués-Marcet por "10.000 km", Juanfer Andrés y Esteban Roel por "Musarañas" y Beatriz Sanchís por "Todos están muertos", y menos esperada,pero no menos interesante, la de Curro Sánchez Varela por el documental "Paco de Lucía: La búsqueda".

OTRAS APRECIACIONES 

- Muchos esperaban la nominación póstuma de Alex Angulo por "Justin&Cía". La nostalgia no ha acabado pesando en la Academia.

- Sorprendente, por inmerecida, la nominación para Kalo Berridi por "Ocho apellidos vascos" en una categoría tan importante como Mejor Dirección de Fotografía.

- El montaje de "Magical Girl" o el de "Open Windows" hubieran sido buenos candidatos en "Mejor Montaje".

- Dos favoritísimas para las películas de fuera de nuestras fronteras; la polaca "Ida" en Mejor Película Europea y  la hispano-argentina "Relatos Salvajes" en Mejor Película Iberoamericana.

Los premios Goya se celebrarán el próximo Sábado 7 de febrero, en el Centro de Congresos Príncipe Felipe del Hotel Auditorium de Madrid, en una gala que estará presentada por Dani Rovira y dirigida por el realizador Juan Luis Iborra.

Podéis consultar toda la lista de candidatos en la página web de LosExtras.
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28 de diciembre de 2014
TOP 10 MEJORES PELÍCULAS 2014

01. A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS

Los Hnos. Coen escribieron un hermoso aunque aciago personaje para una película fundamental sobre el fracaso. Llewyn Davis, talentoso músico folk en pleno Greenwich de los años 60 pasa de poder ser Bob Dylan a dar tumbos por encontrar un sofa donde dormir y un abrigo con el que resguardarse del frío invernal. Un melancólico caminar en círculo con la intención ser oído y la frustación de ser ignorado que hacen de Davis un tipo antipático a ojos del espectador pero también en alguien de quien apiadarnos por su escasa fortuna. Porque estamos hartos de ver películas de triunfadores pero no de gente que no lo consigue y que, sin embargo, no ceja en el intento, por su catálogo de inspiradas canciones folk, el uso bellisimo de la luz por parte del director de fotografía Bruno Delbonnell o la interpretación sobria de Oscar Isaac, consideramos a “A propósito Llewyn Davis” como una de las grandes obras en la carrera de los Coen, injustamente olvidada en festivales y premios del año, algo que, paradójicamente, se ajusta a la perfección en el halo infausto que transmite la historia del triste cantautor. 
 02. EL LOBO DE WALL STREET

 La historia real de Jordan Belfort, broker indómito, extraordinario sinverguenza, algo así como una extensión amplificada del impostor Frank Abagnale Jr. que el propio Leo diCaprio interpretó en “Atrápame si puedes”, sirvió a Martin Scorsese para componer, a sus 72 años, su película más furiosa, salvaje y arrolladora. Un carrusel de monólogos que rompen la cuarta pared, de aceleraciones y deceleraciones de cámara, imágenes congeladas, voces en off y lujuriosos planos secuencia la convierten en heredera directa de “Uno de los nuestros” y “Casino” más allá de sus amplias similitudes argumentales. “El lobo de Wall Street” es toda una oda al caradura de ascenso vertiginoso, métodos abiertamente ilícitos y feroz asimilación del poder manifiestado en un desmadrado e indiscreto uso del dinero. Un Scorsese, con todavía ganas de pegarse la juerga definitiva y que ha encontrado en Di Caprio a su mejor compañero de batallas. Un glorioso exceso en todos los sentidos.
03. EL GRAN HOTEL BUDAPEST

Todo lo que hay tras la deslumbrante fachada de este hotel de los líos es emocionante y extraordinario. Su brillante alegoría de los últimos días de resplandor de la Europa Central. Su desfile de rostros familiares para el espectador. Su alta inspiración cómica. Su naturaleza de fábula narrada en distintos tiempos. Su carácter novelesco y aventurero (hay cárceles, trenes, investigaciones, intrigas, persecuciones, etc). Su grandioso diseño de producción, su juguetona banda sonora y su magnífica puesta en escena. Y un Ralph Fiennes colosal. “El Gran Hotel Budapest” es una de las más experiencias más arrolladoras, festivas, luminosas y completas del cine reciente y probablemente la película más redonda del universo siempre particular de Wes Anderson.
 04. NEBRASKA

A veces, nuestros mayores, se embarcan en odiseas que sólo ellos parecen entender, como la que emprendía por carretera en un minúsculo tractor Richard Farnsworth para ver a su hermano enfermo en “Una historia verdadera” o la más surrealista que mueve a Bruce Dern en “Nebraska”; viajar para recoger el premio de 1 millón de dólares que ha ganado según una carta recibida en su correo. A partir de esa premisa, en un nostálgico blanco y negro y con la sensibilidad especial que caracteriza a éste director, Alexander Payne logra una de sus mejores películas, llena de humor costumbrista y de drama humano de reencuentro personal, de reflexión sobre el paso del tiempo y la memoria. Un Bruce Dern inconmensurable acompañado por la veterana actriz June Squibb, auténtica robaescenas de la película terminan de hacer gigantesco el guión de Bob Nelson y de convertir a “Nebraska” en uno de los trabajos más entrañables de todo el cine del 2014. 
 05. INTERSTELLAR

Siempre ambicioso y en tela de juicio, el responsable de títulos como “Memento”, “El truco final” o la saga de “El Caballero Oscuro”, Christopher Nolan, se decantó en esta ocasión la ciencia-ficción dura y asesorado por el astrofísico Kip Thorne se embarcó en una compleja propuesta espacial, entendiendo que su exigente argumento científico a ojos del espectador debía ser compensado con un motivo emocional. De ahí, el carácter casi ochentero de “Interstellar”, con los ecos evidentes del cine Spielberg, Zemeckis o Shyamalan que preparan el posterior salto al infinito llevado a cabo por Matthew McConaughey y compañía. O lo que es lo mismo, la búsqueda de la supervivencia del planeta Tierra provocada por una pelirroja e inocente niña. El resultado es un compendio apasionante, apoteósico y sensible, también riguroso, capaz de fascinar la mente, al retina y el corazón del espectador y la obra más grandiosa de la filmografía de Nolan. 
06. SNOWPIERCER. ROMPENIEVES

El calentamiento global destruyó la Tierra y a sus habitantes, con una única excepción, los pasajeros de un largo e inagotable tren llamado “Rompenieves” en el cual se generará un ecosistema propio donde serán evidentes las diferencias de clases, la cadena de superviviencia preestablecida y la inevitable rebelión de los más desfavorecidos. Una alegoría de nuestro tiempo en forma de título post-apocalíptico con la que el director sudcoreano Bong Joon-ho de títulos como “Memories of Murder” o “The Host” da el salto a Hollywood para lucirse visual y narrativamente con una cinta distópica con visos de culto y que depara estimulantes sorpresas con cada vagón del “Rompenieves” visitado. 
 07. ORÍGENES

"Orígenes" parte de la biología molecular, el estudio del ojo humano y de un casual “chico conoce a chica” para componer una historia sensible y emocionante, como ya lo era la anterior cinta de su director, Mike Cahill, "Otra Tierra", con la que comparte además un estilo indie depurado y elegante, la excusa de un hilo conductor de ciencia-ficción como medio para contar una preciosa historia de amor con giro argumental descorazonador incluido. La gran virtud de Cahill es no solo saber integrar con solvencia y naturalidad ambos géneros con temas eternamente discutidos como ciencia, fe, religión o azar, sino también ser emotivo en sus intenciones. “Orígenes” funciona plenamente en su romance, su drama y en su mirada fantástica. Puede ser tachada de cursi o de new age pero si medimos las películas que pudimos ver en el pasado Festival de Sitges por los sentimientos provocados, “Orígenes” se lleva la palma, como así ocurrió, ganando el premio del jurado a la Mejor Película de la Sección Oficial. 
08. LA ISLA MÍNIMA

El director sevillano Alberto Rodríguez llegó para descubrirnos las marismas andaluzas como localización perfecta para generar una atmósfera perturbadora, pantanosa y pegajosa deudora de los thrillers norteamericanos ambientados en Louisiana y el Mississipi. “La isla mínima” es probablemente la película española que mejor ha sabido convertir su entorno geográfico en un protagonista más de su narración de género. Un thiller sureño que indaga en las razones sociales, locales y políticas del asesinato de una joven en plena transición española, al tiempo que construye un intrincada investigación policial por medio de dos agentes fuera de su entorno y condenados a entenderse. La crónica negra de un país de capataces, señoritos, cortijos, machismo, falsas ilusiones de futuro y analfabetismo en forma de un policiaco extraordinario para nuestro cine. 
 09. BEGIN AGAIN

Tras obtener un gran éxito con “Once” hasta convertir aquella humilde historia de amor musical en una obra representada en el mismisimo Broadway, John Carney repitió la fórmula con “Begin Again” en donde el salto a Hollywood y el inevitable aumento de presupuesto no corrompió la sensibilidad del director irlandés a la hora de retratar la íntima historia de dos personajes solitarios y vencidos con la música como nexo de unión y medio de superación personal. La buena química entre la pareja Knightley y Ruffalo, un encantador manejo de los secundarios en la tradición de la mejor comedia romántica británica ,la condicion de fábula sobre las segundas oportunidades y un catálogo de canciones muy efectivas imprimen a “Begin Again” un espíritu contagioso y positivo que alegrará el día del espectador. Solo la etílica secuencia en la que Ruffalo imagina los arreglos de la canción que solitariamente intrepreta Keira en un pub neoyorkino bien vale para justificar el precio de la entrada. 
10. GUARDIANES DE LA GALAXIA

Más de 330 millones de dólares recaudados en EEUU y casi 800 en todo el mundo vuelven a decirnos que Marvel tiene a la gallina de los huevos de oro del cine actual. Desmarcandose de sus héroes más populares, los Vengadores, la compañía decidió rescatar a sus antihéroes, “Los guardianes de la galaxia” una cuadrilla de personajes más propensos a lo incorrecto que a lo heróico y tan diferentes entre sí como diferencias hay entre un mapache y un árbol. Marvel entendió que la torpeza y peculiaridad de este grupo de superhéroes reclamaba comedia y acción a partes equitativas y por eso encargó la dirección a James Gunn, director que había descrito a la perfección la incompetencia del superhéroe en la película “Super”. El resultado fue una space opera gamberra, divertidísima y visualmente tan espectacular como cualquier otro trabajo de la compañía y que tuvo en un casting 100% efectivo y en su apuesta por la nostalgia ochentera y musical sus mejores bazas, principalmente en la elección de Chris Pratt como héroe de acción capaz de bailar a ritmo de asombrosas recopilaciones en casettes sonando desde un walkman.
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30 de septiembre de 2014
CRÍMENES EN LAS MARÍSMAS

Toda la vida alucinando con el valor añadido de las atmósferas pegajosas y perturbadoras de aquellos thrillers ambientados en Louisiana y el Mississipi y resulta que aquí teníamos las marísmas andaluzas inéditas, tan o más capaces de sembrar el desasosiego en el espectador sólo con su geografía húmeda, sofocante y salvaje. 

Nadie hasta la fecha había reparado en este paraje español claramente profundo como entorno catalizador del mal rollo inherente a una historia noir de crímenes y perversión. Nadie hasta Alberto Rodriguez, sevillano de cuna, que ya con su título anterior, “Grupo 7”, practicó el thriller policiaco conforme a un contexto histórico y político agitado y a un enclave (la Sevilla delictiva prevía a la Expo-92) que proporcionaba multiples posibilidades argumentales y visuales. Una urbe en plena construcción, necesitada de un lavado de cara y una desinfección del narcotráfico existente. Los tejados sevillanos como pasarela para persecuciones a lo Paul Greengrassen en plano secuencia y el inevitable fantasma de la dictadura presente en los métodos policiales, en la relación entre las diferentes generaciones de los agentes protagonistas, en las sombras de un sistema todavía contaminado. 

Aquella película, nominada a 16 Goyas, apuntó las excelentes maneras de Rodríguez para el género, y su gran capacidad para manejar diferentes elementos narrativos y técnicos (prólogo documental, cámara en mano, etc) que enriqueciesen el relato negro escrito por Rafael Cobos. 

El propio Cobos y Rodríguez han sabido conservar los numerosos aciertos de la citada “Grupo 7” para contar ahora una investigación criminal en “La isla mínima” película impregnada y dominada por un poderosa atmósfera, presente desde bien comenzada la cinta con unos alucinantes planos cenitales de las marismas andaluzas.
Comprendemos pronto que Alberto Rodríguez pretende trasladarnos a aguas pantanosas. Las propias del río Guadalquivir y, también, las relacionadas con la opresiva y viciada comunidad profunda andaluza de 1980, dominada por capataces, señoritos, falsas ilusiones adolescentes de futuro, cortijos, machismo y analfabetismo.
Ambos, marcos propicios para hacer de un doble asesinato algo todavía más repugnante e incomodo para el espectador de lo que ya se supone, y de su investigación pertinente, una labor aún más peligrosa para quien la lleva a cabo.

Y quien la lleva a cabo son dos afectados policías madrileños (el policía fuera de su habitat, otro elemento común del género), sobre los que existe una fuerte brecha generacional que los distancia en ideales y procedimientos. Impresionantes y con gran química en pantalla, por cierto, Rául Arévalo y Javier Gutierrez (ganador de la Concha de Plata en San Sebastián) obligados a convivir, fríos entre sí y con un pasado por revelar que enriquece el contexto sociopolítico de aquel año 1980 en la que la Transición todavía peleaba con la losa franquista.

Sobre los hombros de la dupla formada por Arévalo y Gutierrez recae todo el peso de la cinta. Sus pasos en falso, interrogatorios y pesquisas los van enfrentando a los estratos de esa sociedad encallada y malsana. A personajes cargados de secretos y/o interrogantes. A lugares recónditos de la Andalucía más rural y adulterada. Y con ellos un relato policial apasionante y sugerente, lleno de matices, capaz de establecerse como una buena crónica negra de la época y con excelente pulso narrativo en la dirección de Rodríguez, el cual se permite ofrecer un par de persecuciones dignas del mejor autor del género.

Como un parto de gemelos, la casualidad ha querido que "La isla mínima" haya aparecido cuando todavía resuenan los ecos del estreno de la primera temporada de la serie televisiva "True Detective", algo que provocará que la cinta española pueda ser juzgada (injustamente) desde la comparación con la serie de Nic Pizzolatto (con la cual es innegable que comparte abundantes similitudes) y no por sus méritos individuales. Y es que, el propio cine y literatura va forjando la identidad propia de otros proyectos y los referentes suelen coincidir para un fin semejante

El thriller ya no es el mismo género desde que surgieron las monumentales "Seven" y "Zodiac" de David Fincher. "Arde Mississippi" de Alan Parker ha calado cuando de atmósferas asfixiantes y sureñas se trata. En "Conspiración de Silencio", John Sturges  dejaba a Spencer Tracy abandonado en mitad de un pueblo lleno con rencores o "Memories of Murder" de Bong Joon-ho elaboraba una investigación en pleno y enrarecido cambio social. Dos títulos, estos últimos, sobre los que Alberto Rodríguez ha confesado su influencia en "La isla mínima".
Al tiempo, "True Detective" se nutre de algunas de las citadas obras o de, por qué no, otras series más recientes como "Hannibal" o "Top of the lake" y/o relatos criminales de la America más profunda como "Ed Gein".
Detalles, elementos, situaciones de todas ellas que están presentes en "La isla mínima" y también "True Detective". Lo cual demuestra, que hay sobrado talento a ambos lados del Atlántico.

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