27 de diciembre de 2006

Gracias al concurso de Red Stovall, me hice con una edición en DVD de una de mis películas favoritas, el clásico de Robert Aldrich, “¿Qué fue de Baby Jane?” y le prometí a Red, hacer una crítica del film en cuestión. Como lo prometido es deuda y también como más vale tarde que nunca, aquí va la reseña de “El Séptimo Cielo” de esta imperecedera obra de arte cinematográfica.

Era el año 1962 cuando Robert Aldrich llevó a la gran pantalla la diabólica historia de las hermanas Jane Hudson y Blanche Hudson. La primera de ellas y bajo el nombre artistico de “Baby Jane”, había sido una estrella desde su más tierna infancia. Una especie de Shirley Temple, adorada por el público gracias a sus dotes para el espectáculo y que gozaba de una increíble fama que iba más allá de su mera persona. Pero, como a toda estrella infantil que se precie, los años desvanecieron la figura de la pizpireta niña, la cual nunca lograría las dosis de fama que consiguió en los primeros años de su vida. Fue justo entonces, cuando su hermana, Blanche, oculta tras el éxito de Baby Jane, se convertiría en una de las actrices más famosas y bellas de Hollywood.

A partir de esta premisa argumental, Aldrich compuso inteligentemente uno de los más terroríficos dramas que ha dado el cine. Aldrich hizo de “¿Qué fue de Baby Jane?” un malsano retrato del ocaso de las estrellas, sobre los efectos de la fama prematura, sobre la envidia, la vejez, la locura y el ego. Y recurrió para ello a dos viejas estrellas del Hollywood de los 30 y 40, posiblemente dos de las personalidades más grandes que ha visto nacer el cine, Bette Davis y Joan Crawford, las cuales protagonizaron un duelo interpretativo en el que se entregaron en cuerpo y alma, en una mezcla de superación personal y rivalidad que traspasaba la ficción propuesta por Aldrich.

A Davis y Crawford, que fueron dos de las grandes divas de los años dorados de la meca del cine, no les importó mostrar su lado más poderoso, visceral y caricaturesco en un afán por demostrar que seguían siendo, no de las mejores actrices de Hollywood, sino “la mejor”, aunque para ello tuviesen que competir entre ellas. Eran malos tiempos para unas actrices que ya rondaban esa edad maldita para conseguir buenos papeles femeninos e incluso Bette Davis había llegado a poner un anuncio en los periódicos para conseguir este papel. La historia de estas dos hermanas con odios mutuos, sería por tanto, el mejor guión posible para dos actrices que necesitaban imperiosamente la notoriedad, y dos actrices en semejante decadencia artística eran las más idóneas para un guión así.
De esa lucha de egos, se vio beneficiado el film de Aldrich, que logró dos descarnadas interpretaciones. Guiñolescas, crueles y plenamente entregadas.

Bette Davis sería “Baby Jane” Hudson. Nunca los ojos de Davis fueron utilizados con semejante poder. Sus miradas, sus atuendos, su histrionismo, que estaba en el perfecto límite de la sobreactuación, la iluminación que le proporcionó el director de fotografía Ernest Haller y un exagerado maquillaje hicieron de esta, un personaje mítico del séptimo arte. Su intepretación fue escalofriante, excentrica y sublime.

Joan Crawford, por su parte, se metió dentro de la piel de un personaje lleno de matices. Una invalida en silla de ruedas, al servicio de una hermana, mentalmente desviada, que la odiaba hasta límites insospechados. Un personaje que requería la compasión del espectador pero que al mismo tiempo, creaba un cierto estado de inquietud y levantaba suspicacias en este. Un complicado papel, que Crawford supo plasmar con la perfección que este merecía.

Pero “¿Qué fue de Baby Jane?” no era un simple film de interpretaciones. Había muchísimo más detrás de esas dos colosales actrices en estado de gracia. Y lo mejor de todo es que el nivel del resto de elementos que formaban el conjunto de “¿Qué fue de Baby Jane?”, estaban a la altura de las señoras Davis y Crawford.

“¿Qué fue de Baby Jane?” era más que un drama, mucho más que un film de suspense o un relato con dosis de horror psicológico. Era, doce años después de “El Crepúsculo de los Dioses” de Billy Wilder, una nueva mirada a la decadencia de la estrella de Hollywood. Las hermanas Hudson, como la Norma Desmond de Wilder, habían sufrido en sus carnes su dolorosa caida del estrellato y habían sido incapaces de superar o de acondicionarse a nuevos tiempos. Tal situación unida a su incontrolable ego, hacia de estas antiguas divas, seres inestables y altamente peligrosos en sus actos.
Aldrich y Wilder reflejaron con rotundidad este declive personal, que hoy en día podemos comprobar en famosos (prematuros o no) capaces de los comportamientos más inexplicables y alarmantes (Michael Jackson, Macauley Culkin, etc).

Una obra, la que nos ocupa, de enorme interés, con una historia “in crescendo” que nos atrapa por múltiples razones. Por un hábil guión, de Lukas Heller, que manejaba en cada momento los elementos necesarios del suspense y el drama e introducía a personajes secundarios como el de Victor Buono (el pianista de Baby Jane), en el momento preciso para descargar las tremendas dosis de tensión contenida en el espectador. Por su esplendida fotografía, la utilización de la chirriante canción de Baby Jane, las portentosas recreaciones de dos insuperables actrices y la magistral dirección, fina, elegante, así como malévola de Robert Aldrich. Y por si todo ello fuera insuficiente, con un giro final sorprendente.

Uno de esos clásicos que continúan modernos hoy en día. Una obra llena de fuerza, que tendría una especie de continuación en la no menos loable, “Canción de cuna para un cadáver” de nuevo con Bette Davis. Sin duda, "¿Qué fue de Baby Jane?" es una de esas películas que uno no puede morir sin haber visto.

(Apunte; Bette Davis fue nominada al Oscar por su interpretación. No así Joan Crawford. Davis era la máxima favorita, pero finalmente no ganó, siendo la galardonada Anne Bancroft por “El Milagro de Anna Sullivan”. Como Bancroft no pudo asistir a la ceremonia, encargó a, nada más y nada menos que a Joan Crawford subir a recoger su Oscar, la cual se pasearía posteriormente y durante toda la noche con la estatuilla como si esta fuera suya, para rabia y cabreo de Bette Davis. Como venganza, Bette Davis dijo a la prensa que Crawford deseaba que Bette Davis no ganase y que la intención de Crawford era quedarse con la estatuilla y no devolvérsela jamás a su ganadora real.)

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Written by Roberto García

Escrito con mucho esmero e ilusión desde Albacete. Comenta si te apetece y si no, escucha nuestro programa de radio, que también tiene su aquel.

13 comentarios

  1. Diosssss, qué ganas de verla otra vez me han entrado

    Saludos.

  2. Anónimo says:

    ¡Vaya duelo el de la Davis y la Crawford, delante y detrás de la pantalla! No conocía la anécdota del Óscar.
    ¡Y esa decadencia (o "crepúsculo de diosas") tan bien llevada a la pantalla por Robert Aldrich en formato de melodrama de horror psicológico! ¡Películón!

    Saludos !

  3. Anónimo says:

    Me urge volver a verla, porque lo que dices, por ejemplo, de los ojos de Davis y de su actuación a nivel gestual es muy cierto, pero esta película hasta ahora sólo he tenido la mala suerte de poder verla doblada y ahi... pues el doblaje de Davis me hacía verla sobreactuada y por ahí me fallaba la peli....

    Un saludillo

  4. Anónimo says:

    Grandísima y perenne obra maestra la que nos trae hoy, Mr. robgordon. Es todo un prodigio en todos los sentidos, desde las gigantescas interpretaciones de las dos divas hasta su inquietante mixtura entre terror y gran guiñol para conformar un duelo que sobrapasaba la mera ficción. Es de esas películas que se antojan casi irrepetibles. Con "Canción de cuna para un cadáver" yo creo que se decanta más por los excesos y lo macabro.

    Robert Aldrich era un grande, uno de esos directores capaces de sacar adelante, y con grandes resultados, el género que tocase.

  5. Anónimo says:

    Lo prometido es vida. Lección de vida!

    Vamos con la peli, Rob. A mi me gustó bastante y tu acercamiento es más que acertado, es un drama terrorífico sobre el Oscaso. No se puede decir mejor.
    Me queda por ver Canción de cuna para un cadáver, que según parece está igual de bien
    Ahora cuando vi ¿Qué fue de Baby Jane? tuve una rallada absolutamente e´stúpida y difícil de explicar pero en resumidas cuentas en mi cabeza pensaba que Bette DAvis tenía el otro papel y la Crawford el que finalmente hace Bette. Así que cuando la vi no podía ponerme en situación porque no era capaz de concebir el rol que finalmente hacían.

    Un saludo!

  6. Anónimo says:

    Genial, Rob: urge revisarla, ¡pero ya!

    Un abrazo y ¡feliz año!

  7. Anónimo says:

    Yo tenía una vecina que se pintaba aún más que Bette Davis y tenía por lo menos el doble de edad. No veas el susto que te metía cada vez que te la encontrabas en la escalera.
    genial película. Tengo que revisarmela.
    un saludo.

    PD: ¿te apuntas a un post de Reyes contando todos los regalos que te han hecho relacionados con el cine? es uan chorrada, pero bueno, puede tener su gracia.

  8. Me apunto!¿Donde hay que firmar? ;)
    Yo tengo ya en mi poder unos cuantos regalos que tienen que ver con el cine, asi que...estupendo!

  9. Anónimo says:

    Rob,
    tienes un poder en mi, cada crítica tuya uqe leo me la tomo a pecho, es decir tenog qu ever obligatoriamente ¿Qué fue de Baby Jane?.

    Estos de Albacete.....sois muy grandes.

    Yo tengo ganas de ir, y espero reírme a cascoporro xD, que como me dice mi hermano, soy un gambitero :P.

    Bueno crack, gracias por tu blog.

    Saludos!!!

  10. Anónimo says:

    Esta película es una de mis favoritas desde que soy pequeña. A mí las pelis de terror que más me gustan son precisamente estas que parten de un componente dramático y psicológico, incluso sociológico, porque lo más espeluznante de todo es que retratan una situación no sólo posible, y además probable, sino muy común en la naturaleza humana. Creo que esas veces en que drama y terror se dan la mano son las mejores.

    Además, para mí el personaje de Baby Jane es todo un referente personal: cada vez que veo a alguna de estas viejas glorias folclóricas o a la típica vieja pintorrojeada y alelada, siempre las llamo Baby Jane XD Este tema de la gente famosa que no digiere bien el olvido en que ha caído siempre me ha parecido la mar de interesante. Por eso, entre muchas otras cosas, "El crepúsculo de los Dioses" también me encanta.

    Ah, y "Canción de cuna para un cadáver" también mola mucho.

    Por cierto, creo que el premio que te ganaste en el concurso de Red es el mismo dvd de dos discos que me compré yo hace relativamente poco.

  11. Salanova; En Albacete hay mucho y bueno, salvo su equipo de futbol, que es de todo menos bueno! Si eres un gambitero vente para acá, ya estás tardando.

    Marnie; Pues si, esa edición de dos discos fue la que me envió Red, y los extras no tienen desperdicio. En ellos se puede ver claramente, lo magnifico director que era Aldrich y la disputa que mantuvieron Davis y Crawford.
    Ya digo, es una peli imprescindible.

    Saludos para todos!

  12. Anónimo says:

    Ay Marnie, yo también les digo Baby Jane a esta gente! En mi país hay una señora que se ajusta la mar de bien a ese nombre, un día que la vieja quería robarme el lugar en el salón de belleza casi con amenazas yo le dije: tranquila, Baby Jane, pero pase, que se nota por su aspecto que es una emergencia. La vieja seguro luego se enteró de quién era Baby Jane, porque no volvió a molestarme, ja ja.

  13. Esta película es una de mis favoritas... Adoro a Bette Davis y este es uno de sus papeles más logrados....

    Saludos